Narcís Comadira actualiza, 10 años después, su retrato sentimental de Girona
Una década después de la publicación del libro Matèria i memòria, que trazaba un recorrido sentimental por la ciudad de Girona, el escritor y pintor Narcís Comadira (Girona, 1942) ha visto reeditada su obra, agotada hace tiempo, con el nuevo título de Girona. Retrat sentimental d"una ciutat (Edicions 62). Comadira ha añadido nuevos capítulos en los que recupera antiguos escritos y el texto Deu anys després: final de segle a Girona, que a modo de epílogo repasa las últimas transformaciones urbanas que ha experimentado la ciudad. En este texto, el escritor rebate algunas de las críticas a su primer libro: el olvido de los barrios nuevos y marginales, así como la supuesta elaboración de un texto progubernamental. El escritor argumenta que el extrarradio gerundense tendría mayor cabida en un texto sociológico, político o histórico, y que su inclusión en una visión sentimental no es indispensable. Comadira mantiene también que su reconocimiento a la labor de Joaquim Nadal, alcalde de Girona desde las primeras elecciones democráticas, en el desarrollo de la ciudad no está exento de críticas. Reprocha, por ejemplo, cierta anarquía urbanística, la inconclusa restauración del conjunto monumental de Sant Domènec o los "chapuceros" volúmenes de hormigón en los jardines próximos al edificio del rectorado de la Universidad de Girona. No obstante, el escritor reconoce que ha sido precisamente este centro docente el que ha contribuido más decisivamente a redimir a una ciudad "gris" y "rancia". La fotógrafa Carme Masià, quien ya ilustró el volumen anterior, ha buscado nuevas perspectivas y enfoques de la ciudad, intentando eludir unas imágenes que, 10 años atrás, consiguieron superar los tópicos pero que actualmente han pasado a engrosar la visión estandarizada de la ciudad. El libro, lujosamente editado, no pretende convertirse en una guía urbana de Girona, aunque puede ser utilizado como tal. La mirada poética de Comadira recorre de manera exhaustiva todos los rincones de la ciudad, que actúan como elementos evocadores de sus recuerdos infantiles, sus amores, sus odios o sus fantasmas privados. El texto aparece punteado constantemente con referencias históricas y a menudo adquiere el estilo de unas memorias. Joaquim Nadal presentó ayer el libro, al que calificó como una fuente de intensas emociones y una constante invitación a la reflexión.
