Los palestinos convierten el nuevo aeropuerto de Gaza en un símbolo de su soberanía
Los palestinos ya tienen aeropuerto internacional. Su inauguración se convirtió ayer en el mayor acontecimiento político y diplomático protagonizado por el Gobierno de Yasir Arafat, desde su instauración en 1994. El aeródromo, construido en gran parte gracias a las aportaciones económicas de la Unión Europea, que ha destinado en estas obras 5.700 millones de pesetas (3.750 de ellos españoles), está llamado a convertirse en uno de los "símbolos de la soberanía nacional palestina". Sin embargo el control del aeropuerto estará compartido por ahora con Israel.
"El avión, el avión...", gritaban millares de palestinos cada vez que se acercaba un aparato desde el cielo. Ellos se convirtieron ayer en inesperados protagonistas de la inauguración del aeropuerto internacional de Gaza, un acontecimiento al que en principio estaban sólo invitados autoridades y periodistas. Estos curiosos, que habían logrado burlar los estrictos cordones de seguridad establecidos por las fuerzas palestinas en torno a los edificios, hicieron del aeropuerto un verdadero zoco, en el que se mezclaron vendedores ambulantes de cacahuetes y zumos calientes, jinetes engalanados, familiares de detenidos políticos y espontáneos de todo tipo que no dejaron ni un solo instante de dar vivas en favor de Palestina y de Arafat.El primer avión en aterrizar fue un aparato de la líneas aéreas egipcias Egypt Air a bordo del cual viajaban varios ministros. Se inició así una continuada secuencia de aterrizajes cada media hora, que culminaron a las 12.30 con la llegada del avión personal de Arafat, aunque llegó vacío. España participó junto a Marruecos y Jordania en el acto con el envío de un avión Hércules cargado de alimentos y medicinas y de un Mystère en el que viajaron desde Madrid cuatro diputados -José Francisco Herrera, Anna Balletbó, Francisco Navas y Ricard Burballa- y el secretario de Estado para la Cooperación Internacional, Fernando Villalonga.
"Es un día histórico para los palestinos", afirmó ayer emocionado el presidente de la Autoridad Palestina, en el interior del pabellón de autoridades, mientras saludaba uno tras otro a los miembros de las delegaciones internacionales que acababan de aterrizar.
El aeropuerto tiene una pista de más de tres kilómetros de longitud, con capacidad para recibir grandes aviones tipo jumbo. Las edificaciones han sido construidas por Marruecos. España ha tenido también un importante protagonismo, participando con aportaciones tecnológicas que han supuesto unas inversiones de 3.750 millones de pesetas (de los 5.700 facilitados por la UE), casi un tercio del total de su coste, que alcanzará los 12.000 millones cuando esté terminado.
Gratitud por las ayudas
"Es un día muy importante, para los palestinos, que tienen después de dos años de espera un aereopuerto internacional. Hoy por fin ya está listo y en estos momentos no podemos olvidar a quienes nos ayudaron a construirlo. En nombre del pueblo palestino quiero dar las gracias a Miguel Ángel Moratinos que ha mantenido siempre con nosotros una actitud de diálogo", continuó asegurando Arafat en los actos protocolarios de bienvenida.Las autoridades palestinas, en sus mensajes emocionados, parecían olvidar que aún quedan por resolver numerosos problemas políticos y técnicos hasta que el aeropuerto entre en pleno funcionamiento bajo su entera responsabilidad. Para empezar, el control efectivo de estas instalaciones se encuentran en manos de las autoridades israelíes, que supervisarán la llegada de los viajeros, sellarán los pasaportes, inspeccionarán los aviones y revisarán así mismo todas las mercancías. Las inspecciones se efectuarán por el momento en el cercano puesto fronterizo de Rafah, en el límite con Egipto, donde serán trasladados con autobuses los viajeros, para ser devueltos finalmente a la terminal del aeropuerto.
Israel no sólo controlará viajeros y mercancías, si no también vuelos. La torre de control palestina no funciona, ya que el Gobierno de Israel mantiene bloqueados desde hace varios meses los radares de la estación de seguimiento, que fueron enviados desde España, negándose a entregarlos por inexplicables razones. Esta situación obliga a que los aviones que aterrizan desde ayer en Gaza estén sometidos al control aéreo de la torre de vuelo del aeropuerto Ben Gurión en Tel Aviv, quien les acerca hasta la pista palestina, dejando luego en las manos y los ojos de los controladores palestinos, que los aparatos lleguen perfectamente a tierra.
"Quedan bastantes temas pendientes", insistía ayer en un tono mucho más realista un responsable palestino.
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