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"Hambre para los interinos"

El profesor de Filosofía y Letras José María Llorente Díez cumplió ayer 115 días de huelga de hambre (o casi) frente al monumento a la Constitución, en el paseo de la Castellana, para exigir su readmisión en el colegio Nuestra Señora de Loreto y, de paso, denunciar las penurias por las que atraviesan los profesores interinos. Llorente, que hace cuatro meses pesaba 72,5 kilos, ha perdido 16,5 a fuerza de alimentarse sólo con suero, zumo concentrado y algo de membrillo y yogur. Masticar, lo que se dice masticar, nada de nada. El cuerpo le flaquea, pero él parece dispuesto a resistir. "Si no, a los interinos nos espera mucha hambre", explica en tono sombrío.El problema parte de que Nuestra Señora de Loreto es un centro privado ("para hijos de altos militares", apostilla el huelguista), pero financiado con fondos públicos y profesores cedidos por el Ministerio de Educación. Los encontronazos fueron frecuentes en los escasos seis meses que duró aquella relación laboral, hasta que la dirección del Loreto adujo que Llorente no tenía la titulación apropiada y le puso en la calle. El profesor rebelde pide que la ministra, Esperanza Aguirre, le visite como condición para deponer su actitud. Decenas de interinos, dice, le apoyan en silencio.

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