_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Que no vamos con aire acondicionado

¿Que tengo mala voz? Qué va, qué va. Estoy bien, bien. Jopé, vaya cambio de frío a calor. Qué sudada.Ha sido el primer día que le ha tocado trabajar al Telekom. Hemos ido tranquilos de salida hasta la primera cota y el primer sprint bonificado. Después de eso han empezado ya pin-pan, pin-pan, corte por aquí, corte por allá. En uno, Jalabert, que estaba bastante atento por cabeza, vio a Olano y Ullrich un poco despistados por cola, arrancó y a mí me dio tiempo a ponerme a su rueda y frenarlo; luego lo intentó otra vez y fue Txente el que se fue tras él.

Poco después se formó la avanzadilla de lo que sería la escapada del día. Benítez y yo, a tope, como hemos podido, nos metimos, pero poco más. Con el calor que hacía íbamos todo el tiempo a 190 pulsaciones por minuto. Se metieron también dos Cofidis, dos Telekom y no hubo entendimiento. Y otra vez ataques por aquí, ataques por allá. De los 15 que íbamos al principio se quedaron siete. Ya parecía la escapada consentida del día, pero qué va. Se formó atrás otro grupo de unos 15 que pilló un poco a contrapié al pelotón que ya se había parado. Ahí se metieron Orlando y Marino. Han estado cerca de empalmar con los de delante, pero el más listo, y el más fuerte, fue Taffi. Cuando ya tenían a tiro a los otros arrancó y se fue con ellos.

Más información
Ullrich cede el liderato a Desbiens
Los efectos del 'síndrome Festina'

Por detrás hemos ido incómodos. Los Telekom, que no habían metido al final a nadie en la escapada, se pusieron a trabajar al ver que la ventaja aumentaba y se han dado, nos han dado, una buena paliza.

El agua que cogimos en el avituallamiento se nos acabó a los 10 kilómetros. Bajé a por más al coche, pero Eusebio no me quería dar. "Que no, que no os doy más", me decía, "que acabáis de coger, que me voy a quedar sin agua". "¿Qué te crees, que vamos con aire acondicionado?", le respondía yo. "Si te quedas sin agua, coges más. Mira los demás equipos cómo van cargados". Había que beber mucho. Hacía calor, calor.

Al final ya fuimos atrás con la marcheta. Íbamos viendo la pizarra con los tiempos de los fugados y veíamos que no se ponían mucho de acuerdo, porque la diferencia no subía. También fuimos recogiendo a todos los que se quedaban de tantos cortes. Todos volvían al pelotón con cara de habérseles quitado las ganas de atacar por un tiempo. Ya sólo nos conformábamos con llegar. Parecía corta la etapa de salida, sólo de 190 kilómetros, muchos menos que las anteriores de 250 y así, pero se nos ha hecho más larga que todas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_