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JUNTA GENERAL DE PRISA

Cebrián: "Nuestro futuro depende de la capacidad de crecer"

Aboga por el fin de las "guerras del fútbol"

PRISA es el primer grupo de comunicación de España, pero su tamaño sigue siendo muy pequeño en comparación con el de las multinacionales que compiten con él. Si a ello se añade "la fortísima presencia de capital público en los medios audiovisuales y la irrupción formidable, casi abusiva, de la Compañía Telefónica en los medios de comunicación, comprenderemos hasta qué punto nuestra independencia y nuestro futuro dependen de nuestra capacidad de crecer". Así se expresó ayer el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, antes de detallar los resultados del grupo.

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Al dirigirse a la junta de accionistas, Cebrián explicó que, en 1997, "hemos tenido que trabajar en un entorno económico favorable y en un entorno político hostil, y ambas cosas han favorecido, por muy desagradable que fuera la segunda, el desarrollo de nuestras actividades y el aumento de la credibilidad y la rentabilidad de nuestros medios".Tras destacar que PRISA posee 44.000 millones de pesetas en fondos propios y gestiona recursos -en las cuentas agregadas- por encima de los 180.000 millones anuales, Cebrián defendió la estrategia del crecimiento "sostenido y constante". Recordó que las dos primeras cadenas de revistas de España son de propiedad alemana y francesa; que el primer diario deportivo (Marca) y el primero económico de este país (Expansión) pertenecen a capital británico; y que uno de los periódicos de Madrid (El Mundo) está controlado por una poderosa multinacional italiana, entre otros intereses extranjeros presentes en el sector de la comunicación en España.

A ello se suma la irrupción de Telefónica en el mundo de los medios de comunicación, "no sólo como transportista de las señales, sino como productora de contenidos, en una clara operación de control político de determinados medios". Su compra fulgurante de Antena 3 dio al traste con la alianza estratégica que PRISA había sellado meses antes con el Grupo Zeta en la cuestión de los derechos de retransmisión del fútbol, lo cual abrió "un periodo de graves tensiones destinadas a producir nuevos perjuicios a nuestra empresa". Cebrián abogó para que "las llamadas "guerras del fútbol" se acaben para siempre en nuestro país".

Y tras referirse a la "incomprensible hostilidad política" que han sufrido las actividades audiovisuales gestionadas por Sogecable, mencionó el perjuicio adicional que ello ha causado a sectores de gran importancia cultural, como el cine español, "del que nuestra empresa ha sido fundamental animadora, pese a la falta de cooperación de la televisión pública, que practica una política de boicoteo a las películas producidas por nosotros".

Buenos resultados

Las cuentas explicadas por Cebrián a los accionistas indican que el Grupo PRISA alcanzó el año pasado unos beneficios netos de 5.733 millones de pesetas, los más altos de su historia, lo que significa un incremento del 10,4% en relación con los obtenidos en el ejercicio precedente.La cifra de negocios agregada del grupo ascendió a 185.338 millones, lo que supone un alza del 17,2% sobre la de 1996. La facturación neta de negocios consolidada fue de 68.465 millones, con un incremento del 8,7%.

La sociedad matriz logró unos beneficios de 5.083 millones. De este total, la junta aprobó destinar a reservas 3.047 millones de pesetas, 1.856 millones a dividendos, y 180 millones a las retribuciones del consejo de administración. El dividendo individual asciende al 111% del valor nominal del título.

Cebrián destacó, por su parte, "la extraordinaria liquidez" del grupo, que tiene en estos momentos "7.500 millones de pesetas en inversiones financieras temporales y tesorería" y "el pequeño nivel de endeudamiento respecto a los fondos propios". "El activo circulante supera al pasivo a corto plazo en más de 8.700 millones de pesetas", agregó.

"Es decir", recalcó, "no existe riesgo alguno para la estabilidad de la empresa, pues las nuevas actividades se desarrollan sin poner en peligro en ningún momento las que ya constituyen una realidad pujante". Y añadió: "Antes bien, el volumen considerable de nuestros fondos propios, y el costo consiguiente del capital, aconsejan, también desde este punto de vista, una política financiera más agresiva".

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