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Otro brazo articulado, dirigido desde Mallorca, interviene en Barcelona a un enfermo de hidrocefalia

Un ciudadano barcelonés afectado por una hidrocefalia obstructiva -exceso de agua en el cerebro- fue intervenido quirúrgicamente el pasado miércoles en el hospital Clínic de Barcelona por un brazo robótico que dirigía un cirujano desde un barco amarrado en el puerto de Palma de Mallorca, a unos 250 kilómetros del centro hospitalario. La intervención, similar a la practicada en París -aunque no a corazón abierto, sino en el cerebro- es la primera de estas características -a kilómetros de distancia- que se practica en el mundo, y significa un importante avance en la aplicación de las telecomunicaciones y la videoconferencia a la medicina.El hospital Clínic llevaba un año preparando la experiencia, que se enmarca en el proyecto Ultramaris, auspiciado por la Fundación The Brain and Heart Research, entidad que cedió la embarcación desde la que se llevó a cabo la operación.

El doctor Enrique Ferrer, jefe de Neurocirugía del Clínic, coordinó los movimientos del brazo robótico desde el barco. Por «razones éticas», según explicó Ferrer, la primera incisión, así como la operación de cierre de la herida, la realizaron los cirujanos que se hallaban en la sala de operaciones del Clínic. El resto de la intervención, sin embargo, corrió a cargo del equipo instalado en Palma de Mallorca, que mediante sistema de videoconferencia, pudo establecer comunicación visual y verbal permanente y a tiempo real con los cirujanos que se encontraban junto al paciente. La operación practicada, que duró tres cuartos de hora y se saldó con éxito, según indicó ayer Ferrer, consistió en la denominada ventriculostomía endoscópica premalinar. El director del proyecto aseguró ayer que la utilización de la telerrobótica en este tipo de intervención entraña «los mismos riesgos que comporta la cirugía realizada de manera convencional». Ferrer añadió que mediante la aplicación robótica a la cirugía «incluso aumenta de modo significativo la precisión del acto quirúrgico». En total, participaron en la experiencia unos 40 médicos. Ferrer indicó que el coste de la operación es «elevado, pero asumible».

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