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La esperanza de vida para el año 2025 será de 73 años, siete más que ahora, según la OMS

Durante este año siete millones de personas morirán prematuramente

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se siente optimista con relación a la esperanza de vida para el siglo venidero. En su Informe sobre la salud en el mundo 1998 predice que las muertes prematuras que se producen antes de los 50 años se reducirán a la mitad en el año 2025 en todo el orbe. Sin embargo, también advirtió que en este año, más de siete millones de adultos morirán antes de alcanzar esa edad por diversas enfermedades. En sus proyecciones para el futuro, la OMS indicó que la esperanza de vida actual de 66 años será de 73 en el año 2025.

Las tendencias previstas por la OMS no se repartirán equitativamente entre el Norte y el Sur del planeta. Su mismo director general, Hiroshi Nakajima -que va a ser relevado esta por la ex primera ministra noruega, Gro Harlem Brundtland-, reconoció al presentar este viernes el informe en Ginebra, que los beneficios de la salud no serán los mismos para los países pobres que para los ricos.«Lo trágico es que, aunque la esperanza media de vida ha venido aumentando a lo largo del siglo XX, en los países menos avanzados tres de cada cuatro personas aún mueren antes de llegar a los 50 años, promedio mundial de esperanza de vida hace 50 años. Este 1998, 21 millones de defunciones (dos de cada cinco en todo el mundo) serán de personas menores de 50 años, incluidos 10 millones de niños pequeños que jamás cumplirán los cinco años», advirtió.

Tendencias sanitarias

En sus proyecciones, la OMS indicó que nunca antes en la historia de la humanidad tanta gente ha tenido acceso a una atención médica básica. La mayoría de los niños están inmunizados contra las seis enfermedades más importantes infantiles. Los últimos años han sido testigos de progresos espectaculares en la prevención de las enfermedades y el desarrollo de vacunas y medicamentos.Con ese mismo optimismo, la agencia de la ONU responsable de coordinar los servicios de la salud pronosticó que proseguirá la reducción del número de defunciones de menores de cinco años, conseguida en los últimos decenios. Anotó que, en 1955, se registraron 21 millones de muertes de este tipo y, en 1997, unos diez millones; cifra que deberá reducirse a cinco millones para el 2025.

La OMS insistió en que las diferencias entre los países ricos y pobres seguirán siendo importantes para esas fechas, aunque hoy día están disminuyendo. Citó el caso de África donde, en 1995, el 76% de las personas que murieron tenían menos de 50 años y que, según sus cálculos, en el 2025 su porcentaje será del 57.

«Por lo que se refiere a los países en desarrollo, la buena noticia es que, para 2025, enfermedades infecciosas como la poliomielitis, la lepra, la dracunculosis, la filariasis y la hepatitis B, que en conjunto afectan y discapacitan a cientos de millones de personas, habrán sido eliminadas o habrán visto reducida su prevalencia a niveles muy bajos», afirmó.

En los países desarrollados, donde el envejecimiento de la población ha provocado gran preocupación social, la disminución de las discapacidades por cardiopatía y por algunos cánceres entre las personas de la tercera edad, ya es evidente en algunos de ellos.

Esperanza

En sus previsiones, la OMS otorga un futuro prometedor para España. Dijo que, para el año 2025, 26 países habrán alcanzado ya una esperanza de vida que redondeará en los 80 años. La cifra más alta corresponderá a Islandia, Italia, Japón y Suecia, con 82 años cada uno. A esta lista seguirán España, Francia, Canadá, Grecia, Holanda, Singapur y Suiza, con 81 años para cada uno. Nakajima reconoció que los progresos distarán de ser universales y dijo que poco han beneficiado a la gran masa de la población. «La principal preocupación será la suerte de muchos centenares de millones de hombres, mujeres y niños, atrapados aún por la más espantosa pobreza», afirmó.En el balance sobre las causas que provaron la muerte de 52 millones de personas en 1997, la OMS atribuye un tercio a infecciones; el 29% a trastornos de la circulación y un 12% al cáncer. En los países pobres las infecciones causaron el 43% de las muertes frente a un 1% en los ricos. La mortalidad del cáncer y las enfermedades cardíacas se reparte entre un 9% frente al 25% y un 24% frente al 46%, respectivamente.

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