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Excarcelado un supuesto violador al descubrirse que la víctima le visitaba

La Audiencia de Madrid ha puesto en libertad a un supuesto violador al constatar con sorpresa los jueces que la víctima -su novia- le visitaba en la cárcel de Carabanchel y que ambos mantenían con harta frecuencia contactos íntimos, los llamados vis-a-vis. Antes de quedar en libertad, el supuesto violador (cuyas iniciales son M. C. M., de 23 años) se ha pasado entre rejas nueve meses. Durante ese tiempo, la novia le visitó sola cuatro veces, y otra decena en compañía de la madre del chico.

Aunque ya está en libertad, los problemas de M. C. M. con la justicia aún no han acabado. El fiscal le pide tres años de cárcel por "agredir sexualmente" a su novia el 18 de marzo de 1997. Y además está previsto que el acusado se siente en el banquillo de la Audiencia madrileña por este supuesto delito a comienzos de abril. Será en el juicio cuando el tribunal intente aclarar cómo es posible que una mujer denuncie por agresión sexual a su novio y le lleve a prisión y luego le visite una decena de veces en la cárcel e incluso mantenga contactos íntimos con él en cuatro ocasiones dentro de la cárcel. Los hechos que han derivado en este caso se produjeron en Getafe, donde reside la pareja. Ese día estaban enfadados. Ella quería romper la relación y él se oponía. Por la tarde, él se acercó a casa de ella para hablar: "Bueno, hablemos, pero vámonos a otro sitio; en mi casa, no". Tomaron unas co pas y terminaron en el parque Norte de Getafe. Sobre las 23.20 y tras un rato de charla, M. C. M. "la agarró por los brazos, la tumbó en el suelo, se echó sobre ella con violencia y", según el fiscal, "le bajó su ropa interior".

Gritos de la chica

Una persona que hacía footing por la zona en ese momento oyó gritar a la chica "no, no" y el nombre del acusado. El deportista se acercó al lugar donde estaba la pareja, detrás de unos arbustos. Poco después escuchó nuevas lamentaciones que salían de detrás de los matorrales -"ayudadme, ayudadme; quitádmelo de encima..."- También se acercaron otros transeúntes que pasaban por el lugar, que retuvieron al novio. "No pasa nada, no pasa nada, es mi novia", decía él mientras la chica lloraba. Entró en la cárcel, por orden Judicial, al día siguiente. Días después, su abogado pidió su libertad provisional, entonces sin éxito, alegando que se trataba de un simple "enfado" en una pareja de novios. Volvió a pedirla meses más tarde, y, como prueba de que todo era fruto de "un enfado entre novios", comentó a los jueces que la chica visitaba con frecuencia al acusado en la cárcel.El tribunal pidió entonces a Instituciones Penitenciarias un listado con los nombres de las personas que habían visitado a M. C. M. en Carabanchel; los jueces comprobaron que la visitante más asidua era la novia. En ese informe constan al menos cuatro visitas para contactos íntimos.

Nada más ver el informe, la Audiencia ha ordenado que el preso sea puesto de inmediato en libertad. Ahora queda el juicio, en el que el supuesto violador deberá defenderse de los tres años de cárcel que pidió para él el fiscal antes de que se constataran las visitas.

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