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El rector de la Pompeu Fabra pide un Consejo de Universidades de Cataluña

Argullol critíca el silencio de la Generaltat ante el ministerio

El rector de la Universidad Pompeu Fabra (LTPF), Enric Argullol, criticó ayer duramente la política universitaria del Ministerio, de Educación y Cultura y recriminó a la Generalitat que permaneciera en silencio el curso pasado mientras el ministerio paralizaba los intentos de reforma. Argullol se sumó a quienes piden que las autonomías legislen en este campo y pidió la creación de un Consejo de Universidades de Cataluña.

Argullol hizo estas declaraciones en la apertura oficial del curso 1997-98 de la UPF. La conferencia inaugural, titulada Fin de siglo: oportunidades y riesgos, fue pronunciada por el secretario general de la Alianza Atlántica, Javier Solana.Argullol recurrió a la ironía. "Quiero hacerme portavoz de la necesidad de reformar el ordenamiento universitario", dijo. Y a continuación matizó: "Harían falta algunas reactualizaciones de la ley; no digo una reforma para que con este nombre no introduzcan una contrarreforma".

Para el rector de la UPF, el mundo universitario ha entrado "en una espiral extraña, por la que cuanto más grandes son las disfuncionalidades, más grande es el intervencionismo". El Consejo de Universidades, aseguró, "está en crisis y sus disfuncionalidades no son cosa de hoy". El mejor ejemplo, dijo, es la repetida contradicción entre la comisión académica y la de planificación.

Las reformas que pide Argullol deben situar "en el lugar central la autonomía universitaria". Según el rector de la UPF, "la organización coordinadora de las universidades a nivel académico hace tiempo que hace agua. Son claras las disfunciones del sistema de gobierno de las universidades, de la política de profesorado, y es evidente la falta de sintonización entre los ciclos educativos anteriores a la Universidad".Argullol recordó que el curso pasado ya hubo un intento de reformar todo lo referente al profesorado, intento "que consiguió un importante consenso de todos los rectores y aparentemente político", aunque, añadió, no debió de ser tal "porque murió". En este sentido, añadió, el manifiesto firmado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) en el que se criticaba la política del ministerio "es una señal elocuente" de la crisis del sistema.

El rector de la UPF -una institución emblemática de la política universitaria de la Generalitat, que ha conseguido un enorme prestigio académico en muy poco tiempo- tampoco escatimó críticas para la Administración catalana.

"Han dominado el silencio y la apatía, y en ocasiones un afán de hacer de bomberos para apagar el incendio y quedarse con el edificio", dijo refiriéndose a las instituciones autonómicas. Para el rector de la UPF, el curso pasado ha sido "un curso perdido". "Cuando las decisiones no se toman en el momento oportuno, no sólo no se avanza, sino que se retrocede. No podemos seguir parados", sentenció.

Argullol recordó que la anunciada ley universitaria catalana sigue siendo un anuncio y sugirió "la creación urgente del Consejo de Universidades de Cataluña con funciones informativas y decisorias, en algunos ámbitos, que pivotando sobre la autonomía de cada universidad, con la administración educativa que es la que tiene la responsabilidad de la creación, permita iniciar una nueva etapa". Para ello, sin embargo, hace falta "voluntad pública", añadió.

Por otra parte, el presidente de la CRUE, el rector de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Carles Solá, se reunió con la ministra Esperanza Aguirre en la sede del ministerio para tratar del tema de la reforma. Según fuentes de la CRUE, la reunión fue "constructiva" y se decidió constituir una comisión de expertos para estudiar los problemas de la reforma universitaria.

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