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Una potente bomba estalla al sur de Belfast y deja en suspenso las conversaciones de paz

Una poderosa bomba causó ayer estragos en una aldea agropecuaria de protestantes robritánicos y paralizó indefinidamente as nuevas negociaciones de paz en Irlanda del Norte. No hubo víctimas y ninguna de las facciones extremistas republicanas se atribuyó la responsabilidad del atentado que estremeció a Markethill 24 horas después de la apertura de las negociaciones en Stormont (Belfast). David Trimble, líder del principal partido protestante aseguró ayer que no se sentará a dialogar hasta que el Sinn Fein no identifique a los autores del atentado.

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El principal sospechoso

Markethill, 60 kilómetros al sureste de Belfast, es la principal comunidad de mayoría protestante en el condado de Armagli, tradicional bastión republicano. Las sospechas, por lo tanto, recaen sobre activistas nacionalistas.El Ejército Republicano Irlandés (IRA), cuyos representantes políticos del partido Sinn Fein asisten por primera vez a cruciales conversaciones convocadas por Londres y Dublín, rechazó inmediatamente las acusaciones directas de los unionistas protestantes.

David Trimble, líder del Partido Unionista del Ulster (UU P), la principal fuerza política de la mayoría protestante en Irlanda del Norte, dijo que no acudirá a la mesa de negociaciones hasta que el Sinn Fein identifique a los responsables. El Sinn Fein de Gerry Adams deploró el atentado, pero pasó al ataque acusando a Trimble de usar el bombazo como pretexto para no acudir a las conversaciones de Stormont.

Los complicados esfuerzos' por conducir a los unionistas hacia la mesa de negociaciones sufrieron un demoledor revés cuando una berlina azul de aspecto inofensivo, pero repleta de explosivos, estalló frente a un cuartel de la policía del Royal Ulster Constabulary (RUC) 40 minutos después de que una voz anónima anunciara el atentado en una llamada a la BBC en Belfast.

El aviso permitió evacuar a centenares de residentes de Markethill, incluidos los alumnos de una escuela primaria. La explosión abrió un enorme cráter en la calle, destrozó por los menos cuatro vehículos así como la fachada de la comisaría de policía y las paredes del mercado de ganado, donde se celebraba la feria semanal.

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"¿Cómo quiere que tenganos confianza en el proceso de paz? ¡Mire lo que ha ocurrido aquí! Lo que estos terroristas del IRA quieren es hacernos saltar por los aires", comentó Eric Spears, un concejal de Markethill, mientras contemplaba el avance de soldados británicos sobre calles cubiertas de cristales rotos, pedazos de metal y mampostería.

Los temores a una escalada de violencia capaz de hacer trizas las gestiones políticas para infundir vida al proceso de paz en Irlanda del Norte aumentaron drásticamente anoche con el anuncio de que extremistas protestantes de la Fuerza de Voluntarios Lealistas (LVF), una de las facciones paramilitares unionistas, planean represalias contra los republicanos.

Sospechas unionistas

El comunicado del IRA distanciándose totalmente de la explosión de ayer no consiguió eliminar en lo más mínimo las sospechas unionistas. Para el UUP, la responsabilidad recae también sobre el Sinn Fein de Adams, cuya expulsión de las conversaciones de Stormont se está convirtiendo en una insistente demanda protestante. Adams sostiene que su partido no tiene un "vínculo orgánico" con el IRA ni comparte la elaboración de la política republicana, un argumento que contradice radicalmente la historia de Irlanda del Norte e incluso el manual del IRA. "Es una situación ridícula. El Sinn Fein quiere hacer creer que no tiene' idea de cómo contactar al IRA. Lo único que tiene que hacer es acercarse al espejo", comentó John Alderdice, líder del multiconfesional Partido de la Alianza.

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