"Soy antes narrador que escritor", dice Maurensig
El recuerdo del encuentro en Viena con un extraño violinista y la imagen de un hombre desharrapado que, con un violín en la mano, entra en un restaurante y, ante la sorpresa de todos, convierte su concierto de mendigo en el de un maestro son las dos imágenes reales de las que el escritor italiano Paolo Maurensig partió para escribir Canon inverso (Grijalbo-Mondadori). Maurensig, violonchelista aficionado, narra en su segunda novela -presentada ayer en Madrid por la diputada socialista Carmen Romero- la historia de un genio perdedor."Soy antes narrador que escritor", afirma Maurensig. "El escritor no siempre cuenta una historia y a mí, sobre todo, me interesa recuperar para los lectores el viejo placer que yo tenía en mi juventud al leer relatos". El autor plantea el talento artístico como una forma de perdición y construye un personaje cuyos dones naturales fueron machacados por la aplastante imposición de las enseñanzas técnicas. "Pero el talento también puede ser destructivo si pierde el contacto con la realidad y entra en decadencia", advierte el escritor.
Babelia
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