Detenido un presunto proxeneta por raptar, torturar y violar a una menor durante un mes
El último mes de la vida de N. B., una adolecente marroquí de 17 años, ha sido un infierno. A lo largo de ese tiempo permaneció secuestrada y maltratada por Carlos Adolfo O. V., de 27 años. Este hombre, detenido el pasado fin de semana por la policía, agredió sexualmente a la menor y la obligó a ejercer la prostitución y consumir drogas en la Casa de Campo, la calle de Ayala y en Móstoles, según informó la Jefatura Superior de Policía.
, Junto al supuesto proxeneta, los agentes han detenido a otros tres cómplices: María Josefa L. P., de 35 años; María Raquel M. P., de 31, y Zouhaier Ben K., de 25. A tenor de los investigadores, entre las vejaciones sufridas, la menor soportó la picana: fuertes descargas eléctricas de alto voltaje y baja intensidad. Cada golpe de corriente dejaba incapacitada a la muchacha durante horas. N. B. debía entregar dinero a Carlos. En caso contrario, indicaron los agentes, sufría las torturas. La pesadilla de la joven comenzó el 21 de diciembre. Ese día salió a dar una vuelta con una amiga. Entablaron amistad con Carlos Adolfo O. V., de 27 años. Ninguna regresó a casa. Ambas familias denunciaron su desaparición en la comisaría del distrito de Chamartín. En Navidad, cinco días después, la amiga consiguió escaparse. Huyó directamente a las dependencias policiales más próximas, la comisaría del distrito de Latina. Atemorizada, aseguró a los agentes que N. B. se encontraba esclavizada y secuestrada por un individuo en la Casa de Campo. El grupo de Delincuencia Urbana de la comisaría del distrito de Latina inició la búsqueda de la menor.
Las redadas en el pulmón madrileño no dieron sus frutos. Pero el día 21 de enero la desaparecida despertó en el hospital de La Paz. Según los médicos, fue trasladada al centro sanitario tras sufrir un atropello en la zona del barrio de Argüelles. No presentaba lesiones graves y recibió el alta médica.
Relato de la tragedia
En la cama del centro sanitario, la chica relató a los agentes su tragedia. Recordó, en primer lugar, que el día 21 de diciembre conoció, junto a su amiga, a un tal Carlos y a un segundo individuo. A base de engaños, contó Nadia, las llevaron al motel Los Olivos, en la carretera de Andalucía.
Carlos maltrataba a la chica y la obliga a prostituirse durante la madrugada en la Casa de Campo. Por el día dormían en un hostal de la calle de Almansa y en el motel Los Olivos de la carretera de Andalucía. Para vejarla utilizaba siempre la descarga eléctrica.
El supuesto proxeneta, acosado por los agentes, trasladó a la chica a un piso de la calle de Ayala (Chamartín) y a otro de la avenida de la ONU, en Móstoles (196.000 habitantes). Carlos, según la policía, acordaba citas telefónicas con los clientes en ambos pisos. Durante su cautiverio, la menor consiguió escapar una noche del piso de Móstoles. Carlos sorprendió a la chica mientras llamaba a su familia desde una cabina de la avenida de la ONU. Según la víctima, Carlos le puso el aparato de descargas eléctricas en el cuello. A partir de ese momento, no recuerda nada más. Su retorno a la realidad se produjo en el hospital. De su memoria no se habían borrado las humillaciones sufridas. Lo único que no recuerda es el accidente sufrido en Argüelles.
Con el testimonio de la menor, la policía localizó y arrestó a las personas titulares de los pisos. María Josefa en la calle de Ayala y María Raquel y Zouhaier en Móstoles.
Antecedentes por estafa
La declaración de los tres detenidos condujo a la detención de Carlos Adolfo O. V., natural de Santander. Fue arrestado en su domicilio de la calle de Rivadavia (Fuencarral). Según la policía, Carlos cuenta con dos antecedentes por estafa, en enero de 1988, y otro por inducir a la prostitución, a finales del mes de febrero de 1990.
En su casa, los agentes se incautaron de un lector de tarjetas de crédito, varios talonarios, 13 cajas de preservativos, 34 tarjetas de visita, grilletes y un buscapersonas. Zouhaier se ha negado a declarar ante los agentes y las otras dos detenidas han negado los hechos. Carlos Adolfo O. V. ya se encuentra a disposición judicial.
