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MATANZA EN RUANDA

Los hutus llegaron, pidieron los papeles y dispararon

Los tres españoles de Médicos del Mundo fueron asesinados en Ruanda de un tiro en la cabeza

Tres cooperantes españoles de Médicos de] Mundo fueron asesinados la noche del sábado en un ataque contra varias organizaciones humanitarias en Ruanda. Manuel Madrazo Osuna, médico sevillano de 42 años; Maria Flors Sirera Fortuny, enfermera leridana de 33 años, y Luis Valtueña Gallego, un fotógrafo de prensa madrileño y logista de esta ONG, de 30 años, murieron de un disparo en la cabeza en la sede de Médicos del Mundo en Gatonde, al noroeste de Ruanda. Los primeros testimonios recogidos en el lugar de la tragedia apuntan a un asesinato a sangre fría por parte de milicianos hutus regresados desde Zaire junto a medio millón de refugiados. Una cuarta española integrante de esta misión, Socorro Avedillo, se salvó por estar fuera.

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Los cuerpos del médico, que trabajaba en un centro municipal de salud de Sevilla; de la enfermera, que residía en Las Palmas de Gran Canaria, y del fotógrafo de la agencia Cover yacían en grandes charcos de sangre, con disparos en la cabeza, en la sede de Médicos del Mundo en Gatonde, distrito de Ruhengeri, ayer por la mañana, cuando los primeros periodistas, cooperantes y diplomáticos accedieron al edificio. Un norteamericano de la misma ONG, Nitin Madhav, que trabajaba con ellos, resultó herido durante el ataque, y allí mismo le fue amputada una pierna."Estas personas fueron ejecutadas. Estos ataques están claramente dirigidos a cooperantes extranjeros en general", declaró a Reuter Javier Zúñiga, director de operaciones del departamento de Derechos Humanos de la ONU. Un diplomático norteamericano relató que milicianos hutus habían entrado en el edificio, pidieron los pasaportes a los españoles y, al escuchar disparos en el exterior, les dispararon en la cabeza a quemarropa. El norteamericano se había escondido tras una mesa, por lo que sólo fue alcanzado en una pierna.

No fueron hechos aislados. Desde las siete y media de la tarde hasta las diez de la noche del sábado, el distrito de Ruhengeri, cerca de la frontera con Zaire y Uganda, había sido escenario de incidentes armados. Se trata de una zona donde se respira una gran tensión desde el regreso a Ruanda hace dos meses de los refugiados hutus, que huyeron en 1994 por miedo a las represalias tutsis tras las purgas genocidas que acabaron al menos con medio millón de personas. Entre la marea de refugiados regresados de Zaire hay miles de soldados del antiguo ejército hutu y_de las temibles milicias interhatmwe (los que matan juntos).

"Volveremos a llamar"

A la vista de los disparos que se oían desde el atardecer en la zona, los cooperantes españoles telefonearon a la sede de Médicos del Mundo en Nairobi (Kenia) para alertar sobre los incidentes. "Vamos a apagar las luces para pasar inadvertidos y más tarde volveremos a llamar", dijeron a sus compañeros.No lo hicieron. Cuando desde Nairobi intentaron llamar, ya nadie contestaba. La cuarta española integrante de la misión, Socorro Avedillo, se encontraba de viaje de inspección en Goma (Zaire), lo que le salvó la vida. Avedillo, que sufría ayer una fortísima impresión, emprendió de inmediato el viaje hacia Kigali, para desplazarse cuanto antes a España.

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La consternación se instaló ayer en la sede de Médicos del Mundo en Madrid, cuyos miembros intentaban recabar información sobre estas muertes y mantener su disposición a seguir trabajando en la zona. El embajador de España en Tanzania, José María Sanz Pastor, se desplazó a Kigali para organizar la repatriación, que podría producirse el miércoles. El presidente del Gobierno, José María Aznar, mostró su profundo pesar al enterarse de lo sucedido, a la salida de misa en la parroquia veneciana de Santo Stefano, acompañado de su homólogo italiano, Romano Prodi, y sus respectivas esposas. El Ministerio de Asuntos Exteriores, que esta semana evacuó de allí a cinco españoles, insistió ayer en que todos los nacionales deben abandonar la región. Todavía quedan en Ruanda 13 españoles.

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