_
_
_
_
TURBULENCIA POLÍTICA EN LOS BALCANES

La oposición rechaza todo compromiso con Milosevic

Ramón Lobo

La aparente concesión del presidente serbio, Slobodan Milosevic, de la victoria de la oposición en las elecciones municipales llega, en todo caso, 55 días tarde. Los líderes de la coalición Zajedno (Unidos) rechazan todo tipo de compromiso con el régimen. No basta con reconocer los resultados de las municipales del pasado 17 de noviembre, ganadas en 14 de las 18 principales ciudades serbias por Zajedno. El Gobierno anunció ayer en un comunicado una revisión de los resultados "en el plazo más rápido" y reconoció "la necesidad de respetar hasta el final la voluntad de los ciudadanos".

"No es suficiente que el ladrón devuelva lo que ha robado", exclamó ayer Zoran Djindjic, una de las cabezas de la coalición y alcalde electo de Belgrado."¡Dimisión, dimisión!", gritaban miles de gargantas bajo una fina lluvia y ante un cordón policial que miraba con estupor a los manifestantes. Por la mañana, una delegación de los estudiantes se reunió con los vicejefes del Gobierno serbio, Ratko Markovic y Nedeljko Pipovac. "Los represen tantes del Gobierno están de acuerdo con la necesidad de que la voluntad del pueblo, expresada en la urnas, sea totalmente respetada", aseguró un comunicado firmado por el Gobierno y los estudiantes.

El Partido Socialista de Serbia se reunió a media mañana para estudiar una solución a la crisis. La idea, al parecer, es aceptar los resultados, pero remitir su aplicación a las instituciones del Estado, y reformar la ley electoral, introduciendo el sistema proporcional. Altas fuentes gubernamentales aseguraron que se haría público por la tarde, hecho que no se produjo, un comunicado con la plena aceptación de la victoria de la oposición en aquellos lugares que recoge el veredicto de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), basado en el informe de Felipe González, y que se invitaría a los partidos de izquierda (el de Mílosevic y el partido consorte de Mirjiana Markovic, la esposa del presidente) y a las fuerzas democráticas a formar un Gobierno de coalición.

Vuk Draskovic, otro de los líderes de Zajedno, encaramado en un jeep rojo cargado de altavoces de megafonía, que en Belgrado llaman jocosamente el Vukmovil, leyó la noticia a los miles de simpatizantes que abarrotaban la calle de Terazije y la antigua Marsa-la Tita. "¡Dimisión!, ¡dimisión!", respondían. "¡Vete Slobo, vete!", clamaban otros desde los soportales. "No hay compromiso posible con el régimen", afirmó Draskovic. "¡Fuera, fuera, bandidos rojos!", replicaba entusiasta el gentío.

"Voy a repetir todas las condiciones para los sordos", bromeó Vuk. "Reconocer nuestra victoria en las elecciones municipales en la cuantía que refleja la voluntad del pueblo en las urnas, sin recortes de escaños ["¡Ladrones, ladrones!", gritaba el pueblo]; liberación de los medios de comunicación [monopolizados por el régimen, de la que la televisión oficial es escandalosa prueba]; depuración de responsabilidades penales para los que asesinaron a Predag Starcevic [estudiante apaleado el 24 de diciembre por un grupo de matones] y para los que les ordenaron matar; ["¡Asesinos, asesinos!", rugía la calle]; depuración de responsabilidades para aquellos que ordenaron las cargas policiales [el 26 y 27 de diciembre] ["¡Matones, matones!"]; dimisión del responsable de la policía y creación de una mesa que impulse reformas que impidan que este robo se repita" "¡Victoria, victoria!", respondía gran parte de Belgrado.

Vesna Pesic, la verdadera opositora a Milosevic durante estos años, reiteró la idea de que no hay compromiso con "el señor dictador", como llamó al presidente. "Lo que quiero es que se vaya. Él y todos los que impiden las reformas y que este país avance hacia el futuro

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

500 días en la calle

Zoran Djindjic reiteró las condiciones y dejó muy claro que las protestas no han acabado: "Estaremos en las calles todo el tiempo que sea necesario: 150 o 500 días. Nuestro objetivo es la democracia y la libertad". "No podemos perder esta oportunidad". Djindjic aseguró que lo más importante es que las protestas se mantengan dentro del cauce pacífico.

Uno de los líderes estudiantiles, Stanimir Miljkovic, declaró a EL PAÍS, en la cafetería de la Facultad de Filosofía, su cuartel general: "Milosevic está en un proceso de regateo para ganar tiempo. Pero ya no lo tiene. Este es el principio de su final. Las próximas elecciones deben llevarse a cabo con garantías, bajo control internacional y con medios de comunicación libres".

Mikjkovic cree que la protesta anti Milosevic está más cerca de la Revolución de terciopelo de Praga que la violenta rebelión que expulsó del poder a los Ceaucescu en Rumania. "Afortunadamente, la lucha se mueve por cauces pacíficos, aunque hubo unos días [del 24 al 27 de diciembre] en que nos acercamos peligrosamente al modelo rumano. No podemos dar excusas para que instaure el estado de excepción".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_