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Normativas y alternativas

Las cifras son trágicamente aproximativas, porque nada más oculto en el mundo que la explotación infantil. Puede haber 200 millones de niños trabajando en todo el planeta. La información estadística que maneja la OIT se refiere, sólo a la población que cuenta entre 10 y 14 años: en 1995 se calcula que eran 73 millones, es decir el 13,2% de los menores. En Asia hay 44,6 millones; en África, 23,6. El mejor instrumento intemacional de lucha contra esta situación es el Convenio sobre la Edad Mínima, conocido como el 138, que se firmó en 1973, pero que de los 173 Estados miembros de la OIT sólo han ratificado hasta hoy 49 con el agravante de que únicamente 21 de ellos son países en desarrollo y no hay ninguno de Asia.Según esa norma sólo se pueden realizar trabajos duros a partir de los 18 años, y tareas más ligeras a partir de los 15. El Convenio 138 indica que "la edad mínima de admisión al empleo no debería ser inferior a la edad en que cesa la enseñanza obligatoria". De ahí la importancia, como motor de toda alternativa, de ir hacia una educación "obligatoria, universal - y gratuita", recalca Eduardo Araujo. "El trabajo infantil era una realidad en España hace 25 años y con la implantación social de la enseñanza todo cambió; incluso en un país como la India, el Estado de Kérala es un ejemplo: al priorizar la educación, mejoró el nivel de vida y hoy prácticamente no existe la lacra del trabajo infantil", añade.

Más información
La OIT calcula que hay 25 millones de niños explotados laboralmente en Latinoamérica

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