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El Reino Unido prohibe las armas privadas

El Gobierno británico optó ayer por endurecer la legislación sobre posesión de armas de fuego en el Reino Unido ante el clamor popular desatado por la matanza de Dunblane en marzo, cuando un individuo mató a sangre fría a 16 niños y a su profesora. La nueva norma, anunciada ayer por el ministro del Interior, Michael Howard, deja fuera de la ley las armas cortas, con excepción de las pistolas de calibre 22, utilizadas en competiciones olímpicas. La posesión de fusiles de carga automática y pistolas semiautomáticas estaba prohibida desde 1.987, a raíz de una matanza anterior.

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Unas 160.000 armas de fuego, de las 200.000 ahora legales, serán destruidas -y sus dueños compensados por ello- a partir de esta Navidad si la nueva ley, anunciada ayer por Michael Howard, recibe el respaldo de la Cámara de los Comunes, un trámite que el Gobierno de John Major quiere que la norma pase cuanto antes, y, en todo caso, antes de las próximas elecciones. Con esta medida, el Gobierno británico pretende ir más allá de las recomendaciones contenidas en el Informe Cullen sobre la tragedia de Dunblane, que ayer se hizo público tras siete meses de investigación a cargo del juez Lord Cullen. La presión del partido Laborista, que en su último Congreso se pronunció a favor de la total prohibición de as armas de fuego, y la creciente presión popular, han obligado al Gobierno a adoptar una posición más severa que la mantenida hasta ahora por la mayoría de sus diputados.A lo largo de los meses que ha durado la investigación, la causa de Dunblane ha sufrido una creciente politización electoral. De ahí que el ministro del aterior, uno de los duros del gobierno de John Major, haya sumido la presión de su colega ira Escocia, Michael Forsyth ,fue ayer se encargó de presentar el Informe Cullen en la Cámara de los Comunes. El informe ofrece 23 medidas al Gobierno para controlar de forma más estricta las licencias de armas, impedir su venta por correo y controlar mejor las sendas transacciones.

Medidas que han sido aceptadas e incluso superadas por el Ministro del Interior, quien ayer recalcó que la nueva legislación presentada ante la Cámara de los Comunes, y que depende ser transmitada en esta legislatura, es una de las más armas en materia de control de mas que existen en el mundo. Desde 1994, además, la pena por posesión ilegal de armas es de 10 años de cárcel.

De acuerdo con la investigación, la tragedia de Dunblane fue un hecho "impredecible" llevado a cabo por un hombre, Thomas Hamilton, considerado normal desde el punto de vista psiquiátrico. Un sujeto conocido en Dunblane por su afición a las armas que poseía legalmente varias pistolas automáticas. Hamilton llevó a cabo la matanza usando cuatro pistolas, con las que disparó 105 balas en menos de tres minutos. El balance no pudo ser más trágico, 16 niños murieron en el acto, junto con su profesora, y otros 17 sufrieron heridas de diferente consideración. Sobre esta base, el Gobierno británico optó ayer por centrar la nueva legislación en este tipo de armas especialmente mortíferas.

Sólo en el club de tiro

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Howard anunció que "desaparecerán todas las armas de fuego de los hogares britanicos". Los aficionados al tiro podrán seguir optando a una licencia de armas que les permitirá exclusivamente comprar pistolas del calibre 22. Pero, al contrario de lo que ocurre ahora, las armas y las municiones deberán permanecer en los clubes de tiro, que se enfrentan también a una severa reforma de sus reglamentos. Howard reconoció que gran parte de los 2.000 clubes de tiro que existen en el país se verán obligados a cerrar ante la imposibilidad de cumplir los nuevos requisitos. "Mientras el propietario de un arma legal encuentra club, deberá depositarla en una comisaría de policía", dijo.

La ley contempla excepciones profesionales, como los veterinarios, y deja intocado el apartado de las escopetas, pese a las múltiples presiones para que sean prohibidas en las zonas urbanas. Las medidas gubernamentales fueron, además, calificadas de insuficientes por el grupo Snowdrop (Flor de Nieve), creado en Dunblane a raíz de la tragedia, y uno de los más firmes defensores de la prohibición total. "Las pistolas del calibre 22 también matan", dijo ayer la portavoz del grupo, Anne Pearston.

La oposición laborista y varios diputados conservadores a título personal reclamaron también medidas más severas de las anunciadas por Howard. La tesis de Jack Straw, portavoz de Interior laborista, es que la tragedia de Dunblane no fue obra tan sólo de Hamilton, sino de "una legislación excesivamente laxa en materia de control de armas".

Uno de los más apasionados defensores de la prohibición total, el ex ministro conservador y diputado por una de las circunscripciones de Londres, David Mellor, dijo ayer a la Cámara que la relativa timidez de las medidas adoptadas tras la matanza de Hungerford, en 1987, cuando un perturbado armado con un fusil acabó con la vida de 14 personas en esta localidad británica, dio como resultado la tragedia de Dunblane.

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