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El alcalde desprecia la ponencia del Congreso que fija el poder urbanístico en la Comunidad

José Manuel Romero

La ponencia política aprobada ayer en el décimo congreso del Partido Popular "no significa nada, es solamente una manera de expresarse". Esta sentencia no la firma la oposición, sino el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, quien despreció la línea política sobre urbanismo de su partido, donde se establece que la Comunidad debe mantener sus competencias urbanísticas. El regidor reivindicó para sí todo el poder sobre esta materia. Pero el presidente regional, Pío García Escudero, reelegido ayer por apabullante mayoría, le corrigió: "Las competencias las debe tener la Comunidad".

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Seis horas de aplausos y parabienes, trufadas de muchos kilos de cocido y músicas bakaladeras, bastaron para confirmar a Pío García-Escudero en la presidencia del PP en Madrid, a la que llegó hace tres años empujado por José María Aznar y en la que seguirá otros tres años más.Los críticos se escondieron tras 49 votos blancos y 49 nulos sobre 1.522 escrutados. Apenas enseñaron sus armas con enmiendas que fueron aplastadas sin ruido; la vieja guardia asistió silenciosa a la consolidación definitiva de los renovadores.

Además, el congreso tramitó de urgencia los documentos políticos y de organización que marcarán la estrategia del partido hasta el próximo siglo. Los debates sobre las enmiendas fueron vertiginosos e intrascendentes: "Aquí sólo hemos venido a decir amén", se quejaron algunos. Cuando alguno de ellos amagó el debate, cortó la presidencia: "No se admiten réplicas"

Despreocupado

Ni siquiera preocupó al equipo de Álvarez del Manzano la directriz sobre urbanismo establecida en la ponencia política, donde se ratifica que la Comunidad debe seguir siendo la máxima autoridad en esta materia.El alcalde pretende todo el poder urbanístico para el Ayuntamiento de Madrid, pero no se molestó en corregir la ponencia con enmiendas y despreció con sus declaraciones esta línea política aprobada por el 95% de los compromisarios: "Una ponencia aquí no significa absolutamente nada. Yo sigo creyendo que la organización del Ayuntamiento debe estar basada en la Ley de Capitalidad [con todas las competencias urbanísticas], y por ahí discurre la administración municipal de todo el mundo. Yo voy a seguir pidiendo lo que es de razón. Una ponencia en un congreso no implica más que una manera de expresarse".

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El presidente regional, Pío García-Escudero, sí le concedió importancia y se expresó con rotundidad: "Yo estoy harto de repetir siempre lo mismo. Es muy necesario que la Comunidad se reserve el papel último de arbitraje, de compensación, de evitar el que determinadas decisiones urbanísticas de algún ayuntamiento puedan perjudicar a ayuntamientos limítrofes".

Zanjada la disputa, recibió García-Escudero besos, abrazos, le rogaron fotos y autógrafos. Tras su reelección, se mostró agradecido y repitió su compromiso con el centro, lema del congreso regional: "Gobernamos centrados en las necesidades. Quiero agradecer el trabajo desarrollado por las Nuevas Generaciones y les animo a seguir centrando el partido". Después leyó los nombres de su equipo. Nadie se sorprendió; eran los mismos que antes. El alcalde concluyó: "Es un congreso de aburrida tranquilidad".

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