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Reportaje:

España es el país que más amianto usa en la UE tras Francia, que acaba de prohibirlo

Aumenta en Europa el cerco a los asbestos, que producen fibrosis pulmonar y cáncer

El destierro del amianto en Europa avanza inexorablemente. Francia ha decidido esta semana prohibir la fabricación, importación y venta de productos con este mineral a partir del 1 de enero de 1997 al probarse, una vez más, que es un material cancerígeno. Se une así a Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia. Sin embargo, en España, que es, después Francia, el país de la UE donde más amianto se utiliza, según datos de 1993 y 1994, se aplica la legislación general de la UE: prohíbe el amianto azul -empleado sobre todo como aislante-, pero permite el blanco, cuyo producto más extendido y que ha invadido la arquitectura de los pueblos, es el fibrocemento (o amianto-cemento), más conocido por uralita.

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Menos abuso que en otros países

El plaguicida DDT. Los clorofluorocarbonos (CFC) de los pulverizadores. Las flexibles pero resistentes fibras del amianto. Tres ejemplos de productos milagrosos que en los años sesenta y setenta representaron el progreso, y qué después se han transformado en enemigos públicos de la salud y el medio ambiente. Esta misma semana, el Instituto Nacional de la Salud de Francia ha cifrado en 2.000 las víctimas anuales en ese país a consecuencia del amianto, también conocido como asbesto. El gobierno francés ha reaccionado anunciando su prohibición. Las sospechas sobre los efectos dañinos en la salud del amianto comenzaron en los años treinta, pero alcanzaron una contundencia difícil de disimular en los ochenta: produce fibrosis pulmonar (asbestosis) y diversos tipos de cáncer.Enrique González, jefe de Higiene y Evaluaciones de la Salud del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, explica: "Aunque se sospechaba su peligrosidad desde hace mucho, era un material tan barato, y con tantas prestaciones [sobretodo su resistencia al calor y al fuego], que, la verdad, se ha usado muy alegremente".

En 1983 se promulgó la primera directiva europea imponiendo restricciones a su uso, y atendiendo especialmente a los trabajadores de sectores que trabajan con

este material; en 1991 salió la última norma.

Azul y blanco

La legislación europea prohibe los anfiboles (el amianto azul o crocidolita), que se empleaba mucho como aislante en edificios, vagones ferroviarios y vehículos; pero permite el amianto blanco (crisotilo), excepto en una lista de 14 productos, incluidos pulverizadores, pinturas, barnices y aislamiento térmico y acústico con densidades de menos de un gramo por centímetro cúbico. Y así es como se usa en España, con la prohibición vigente desde 1987, más un cuerpo de más de una docena de normas. El principal destino actual del amianto es el amianto-cemento, cuya empresa reina de fabricación es el Grupo Uralita, tanto que ha dado el nombre de su marca al genérico del producto (igual que ha pasado con el tetrabrik, el kleenex o la casera). Se emplea, sobre todo, en la construcción (placas y techumbres) y en tuberías.Pero de aquí al 2000 están planteadas varias revisiones de la normativa europea, y es previsible que ahora Francia se una a Alemania, Holanda y los países nórdicos para presionar por la prohibición, algo que ya han intentado antes, pero países como España, Bélgica y Reino Unido lo han paralizado.

En España hubo un consumo en 1994 de 32.000 toneladas de amianto; un sensible aumento respecto a las 25.000 toneladas de los años 1992 y 1993. Sólo Francia, con 34.000 toneladas, consumió más. El tercer país, Reino Unido, se situaba ya muy por debajo: 14.000 toneladas. Otros países han reducido drásticamente su uso. Alemania ha pasado de las 74.000 toneladas de 1984 a solamente 163 en 1994; Dinamarca ha bajado de 13.000 a 400; e Italia, de 41.000 a 67.

En España no se ha hecho ningún estudio que calibre el posible impacto del amianto en la salud de la población en general, al estilo del realizado recientemente en Francia, como reconoce Francisco Vargas, subdirector general de Salud Ambiental; sin embargo, hay dos datos que pueden dar una idea aproximada del riesgo. Según el Instituto Nacional de Estadística, en tres años (1990, 1991 y 1992), han muerto en España 455 personas por tumores malignos de pleura (mesotelioma). "Esta dolencia es la que está íntimamente relacionada con el amianto, es su causa principal, aunque pueden incidir otros factores. Pero la ligazón entre mesotelioma y amianto es algo objetivo, no una interpretación", recalca Vargas. Otro dato, aportado por Enrique González, del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo: "Los nuevos casos de asbestosis detectados entre la población laboral van en descenso". Aún así, el informe de 1995 de este organismo arrojaba un inquietante 0,9% de trabajadores que sufren este mal que dificulta la respiración. No hay que olvidar que la enfermedad tarda en declararse entre 6 y 14 años.

Según la Asociación de Fabricantes de Amianto-Cemento, la primera directiva europea, en 1983, permitía que la concentración promedio a respirar por los 'trabajadores fuera de hasta 2 fibras por centímetro cúbico; luego se rebajó al 1; y ahora se sitúa entre el 0,2 y el 0,6.

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