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Yeltsin advierte al Gobierno ruso que habrá un estallido si no se respetan los derechos sociales

El presidente ruso, Borís Yeltsin, señalé ayer en su discurso del estado de la nación que si no se garantizan "los derechos sociales y económicos de la gente" puede haber un estallido social. El líder ruso, que habló en todo momento como si no fuera responsable del Gobierno y sí como candidato a la reelección, señalé que durante mucho tiempo se había pedido al pueblo que se apretará el cinturón" y que la paciencia de la gente se había agotado. El discurso fue calificado de impotente y débil" por Gueninadi Ziugánov, líder comunista y candidato favorito en las presidenciales de junio. Miles de personas conmemoraron ayer en Moscú con banderas rojas y retratos de Lenin y Stalin el Día del Ejército.

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"El Gobierno, en su afán de lograr la estabilización financiera, se olvidó de la gente que vive sólo de sus sueldos o pensiones", dijo Yeltsin, subrayando que las tareas sociales que había encargado al Gabinete en los dos anteriores años no fueron cumplidas. Por ello, ahora hay que continuar desarrollando una economía de mercado pero, al tiempo, "hay que defender los intereses sociales y económicos de la gente". Si este Gobierno no cumple con este deber, entonces "otro Gobierno lo hará", advirtió.En una clara alusión al pasado comunista, Yeltsin señaló que "la experiencia de la historia rusa nos obliga a renunciar a la utópica ingeniera social que se propone un objetivo ficticio inalcanzable, y después, en aras de su realización, sacrifica la vida y los destinos de la gente".

"La alternativa a la democracia puede ser sólo el caos y la anarquía, o la dictadura, lo que puede hacer caer a Rusia nuevamente en el aislamiento y apartarla del camino de la civilización", advirtió Yeltsin en su discurso de 50 minutos pronunciado ante los miembros de ambas cámaras del Parlamento ruso: el Consejo de la Federación y la Duma Estatal.

Promesas electorales

Yeltsin continuó la serie de promesas preelectorales que viene haciendo últimamente y dijo que ayer había ordenado al primer ministro Víktor Chernomirdin "preparar el proyecto de decreto sobre la compensación de los ahorros de los ciudadanos", que se devaluaron en 1992 debido a la inflación desatada después del comienzo de las reformas económicas.

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También reiteró que se está creando un fondo especial para defender los intereses de las personas que resultaron engañadas por diversos bancos y un sistema para asegurar los depósitos bancarios de la población. Estas son dos de las cinco tareas que debe cumplir el Gobierno en la esfera social. Las otras tres consisten en garantizar los ingresos que el presupuesto necesita para cumplir sus programas sociales y pagar los sueldos, en poner las viviendas al alcance de las capas más humildes y en apoyar a los pequeños empresarios.

El líder ruso habló de la necesidad de eliminar la corrupción en los órganos de orden público y criticó la lentitud con que se realiza la reforma en el Ejército. Además de combatir la criminalidad, Yeltsin dijo que hay que eliminar Ias normas jurídicas que crean un caldo de cultivo para los sobornos, las extorsiones, la evasión de impuestos y para otros delitos económicos".Yeltsin se felicitó de que por primera vez en el siglo XX no exista un peligro militar real contra su país. Sobre las relaciones con EE UU, subrayó la importancia de la reducción sin precedentes de las armas estratégicas" y señaló que ahorá había. que ratificar el tratado START-2. Yeltsin reconoció que el principal problema exterior de Rusia son los planes de expansión de la OTAN, que acarrearía "cambios geopolíticos desagradables para el país".

Un opinión radicalmente contraria al optimismo de Yeltsin mantuvo Víktor Aripílov, líder de los comunistas ortodoxos, cuando se dirigió a la muchedumbre que celebraba el Día del Ejército en las calles del centro de Moscú. Aripílov señaló que lo que más le preociapa en este momento es la capitulación de su país ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), que acaba de conceder a Rusia un préstamo de más de 1,24 billones de pesetas. El régimen antipopular capituló ayer ante las exigencias del FM1 y eliminé los aranceles a la exportación del petróleo y el gas. Esto significa que comienza una nueva etapa en el saqueo de nuestros recursos nacionales. Y los billones del FM1 no se destinarán a desarrollar muestra economía, sino a comprar votos", dijo Aripílov.

Mientras tanto, 10 organizaciones políticas reformistas firmaron ayer un documento en el que se comprometen a "coordinar sus acciones durante la campaña electoral presidencial que ha comenzado". Los 10 líderes que lo firman -entre ellos Yegor Gaidar y Alexandr YákovIev- manifestaron su "determinación de hacer frente a la amenaza de un nuevo totalitarismo".

Vuelta a la mano dura con lo chechenos

El presidente ruso, Borís Yeltsin, descartó ayer la posibilidad de llegar a un compromiso con "los bandidos" léase "los dirigentes independentistas"- "a espaldas del Gobierno, legítimo de la República de Chechenia". Yeltsin, por supuesto, se refería al Gobierno encabezado por Doku Zavgáiev, que Moscú trató de legitimar en unos comicios el 17 de diciembre y que, según los periodistas extranjeros, no fueron ni libres ni democráticos, y en los que hubo escasa participación.Yeltsin -que en su discurso del estado de la nación sí dijo estar dispuesto a negociar "Con cualquier fuerza política interesada en establecer la paz en Chechenia", excepción hecha de los "bandidos"- no encontró oportuno manifestar su pésame con motivo del 52º aniversario de la deportación a Asia Central ni lamentar esta criminal acción llevada a cabo por los rusos. En el camino hacia Kazaistán y en el exilio, el pueblo checheno perdió la mitad de su población.

Yeltsin tampoco se disculpó por las decenas de miles de muertes que han causado los bombardeos después de que ordenara a sus tropas entrar en Chechenia a finales de 1994, y advirtió que su plan de paz no prevé una pronta retirada de los soldados rusos.

"Exigir al presidente cesar la guerra o retirar las tropas no es una solución ni un camino hacia la paz; al contrario, significa una vía directa a la divulgación de la guerra a todo el Cáucaso y posiblemente a otras regiones también", señaló Yeltsin.

Doku Zavgáiev, por su parte, declaró ayer que "la etapa militar de la solución del conflicto checheno puede terminar dentro de un mes o mes y medio, pero para encontrar una solución definitiva pueden necesitarse años".

En Chechenia, Grozni permaneció ayer bloqueado por las tropas rusas para impedir la llegada de habitantes de otras localidades y la celebración de mítines conmemorativos del 52º aniversario de la deportación. Las manifestaciones fueron prohibidas y sólo se permitieron ritos musulmanes en memoria de las personas que perecieron.

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