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Los militares leales al presidente tayiko se hacen fuertes en Dushambé

Pilar Bonet

Fuerzas militares leales al presidente de Tayikistán, Emomalí Rajmónov, se hicieron fuertes ayer en Dushambé, la capital de esa república de Asia Central, en previsión de posibles enfrentamientos con los rebeldes antigubernamentales, que protestan por la posición privilegiada de poder concedida al clan del Kuliab, al que pertenece el presidente.Las tensiones en Dushambé se habían enconado sustancialmente ayer y se desconocía el resultado de las conversaciones entre emisarios gubernamentales los sublevados.

En diferentes barrios de Dushambé se formaban ayer grupos armados de autodefensa. Hasta 3.000 hombres armados, entre los cuales había muchos paisanos de la región del Kuliab, veteranos de la guerra civil de 1992, se habían concentrado en el estadio local. Allí se encontraban también unidades de la brigada fronteriza del Ministerio de Defensa ruso, que habían llegado a Dushambé a bordo de sus tanques desde el distrito meridional de Kumsangirsk. Los accesos a la ciudad habían sido reforzados y las calles estaban vacías, ya que la población civil, no informada de lo que sucede, había reaccionado instintivamente a la tensión latente refugiándose en sus hogares y cerrando los comercios.

En la tarde de ayer, el Parlamento de Tayikistán debía analizar el resultado de las conversaciones con los líderes de la oposición armada de las ciudades de Kurgan-Tiube y Tursunzadé. Los líderes amotinados declaran ser fieles al presidente Rajinónov, pero exigen relevos en el Gobierno y el entorno presidencial. Las reivindicaciones incluyen el cese del ministro de Defensa, Sherali Jairuláiev, y del jefe del aparato presidencial, así como cuestiones económicas.

En Moscú reina gran preocupación ante la posibilidad de que en Tayikistán se reproduzca la guerra civil que en 1992 enfrentó a los ex comunistas con la oposición formada por demócratas e islamistas, que hoy opera desde el territorio de Afganistán. En Ashjabad, la capital de Turkmenistán, representantes del Gobierno y aquella oposición mantenían ayer negociaciones.

Desde hace varios días, Yuri Baturin, el asesor de seguridad del presidente Borís Yeltsin, está en la capital de Tayikistán, donde también se encuentra el general Anatoli Chechulin, jefe de la región fronteriza del Lejano Oriente. Chechulin, que hasta 1995 dirigió el grupo de tropas fronterizas con base en Tayikistán, manifestó ayer que no existe relación entre los amotinados en el interior de la república y las unidades de la oposición armada que operan a lo largo de la frontera tayiko-afgana. Rusia mantiene en Tayikistán una división militar -la 201-, que forma la columna vertebral de las fuerzas pacificadoras y que el sábado realizó maniobras en Dushambé.

Rusia se vería enfrentada a graves problemas si la tensión creciente en Tayikistán se transforma de nuevo en guerra civil. De permanecer en Tayikistán, las unidades militares rusas difícilmente podrán mantener la neutralidad entre las tropas leales al Gobierno y los rebeldes. Su retirada, por otra parte, pondría en peligro la estabilidad de una importante zona geoestratégica y dejaría desprotegido el flanco suroriental de la ex URSS frente al fundamentalismo islámico.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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