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El Gobierno griego evita la guerra con Turquía, pero cosecha feroces críticas en el Parlamento

Grecia logró evitar unos minutos antes de que sonara el reloj una guerra incierta con Turquía. Un acuerdo alcanzado con el revólver en la sien le obligó a retirar, al mismo tiempo que Turquía, sus barcos y cazabombarderos de las cercanías del islote Imia, o Kardak (en turco), en el mar Egeo. El campo de batalla se trasladó ayer al Parlamento de Atenas. Mientras que la oposición griega pidió la dimisión inmediata del primer ministro, Costas Símitis, el titular turco de Exteriores, Deniz Baykal, no se privó de proclamar que la crisis con Grecia se saldó con "una victoria diplomática y militar".

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El ministro griego de Exteriores, Teodoros Pangalos, aseguró que la guerra se acercaba "con precisión matemática". La primera ministra turca, Tansu Ciller, por su parte, aseguró: "Hoy [por ayer] se ha arriado la bandera griega y se han retirado los soldados de esa nacionalidad. Se estuvo al borde de una situación muy grave".Pocas horas antes de que nue-

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puestas por la mediación norte

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El presidente estadounidense, Bill Clinton, expresó su satisfacción por la solución pacífica de un conflicto que estuvo a punto de enfrentar bélicamente a dos socios de la OTAN. En las conversaciones entre Pangalos y Ho1brooke se alcanzó un acuerdo que el ministro griego resumió en tres puntos:

> Retirada de las fuerzas de ambos países de la zona en disputa.

> Compromiso por parte de EE UU de que Turquía no volverá a llevar tropas o banderas a territorio griego.

> Retorno a la situación anterior al estallido de la crisis.

11 Los turcos consiguieron lo que deseaban, que retiráramos nuestra bandera de nuestro territorio y que nos alejásemos de nuestras propias tierras, mientras que violaron la soberanía griega sin tener consecuencias", agregó Evert, antes de levantarse y salir con todos sus diputados de la Cámara.El segundo partido de oposición nacionalista, de Antonis Samaras, echó en cara al Ejecutivo haberse prestado a una humillación nacional y agregó que Grecia no sólo recibió una bofetada de Turquía, sino que "agradeció" la mediación estadounidense.

"Nosotros no queríamos dicha intervención", aseguró el primer ministro griego, Costas Simitis, disculpándose ante el Parlamento, cuando unos minutos antes había agradecido a EE UU "su iniciativa y ayuda" para superar la crisis, la más peligrosa en los últimos años del conflicto entre Grecia y Turquía.

Los ocho buques de guerra turcos y los hombres rana que lograron burlar a las fuerzas de vigilancia griegas fueron recibidos a bombo y platillo, como verdaderos héroes, con cobertura televisiva y ffi úsica en sus bases, en las costas occidentales de Turquía.

En Grecia se vivió una jorna-da triste. Las tripulaciones de las fragatas griegas arribaron a sus puertos con la mirada baja, y los nueve comandos griegos que permanecieron durante 48 horas sobre el islote en disputa pasaron inadvertidos.

Tanto el ministro griego de Defensa, Gerásimos Arsenis, como el de Exteriores, Teodoros Pangalos, afirmaron ante el Parlamento que, pese a las intenciones de Grecia de no avivar la tensión después de que Turquía hiciera explícitas sus reclamaciones sobre el islote de Imia, en la madrugada del miércoles se estuvo al borde de declarar la guerra, que muchos temían que no se limitaría a un enfrentamiento bélico por mar y aire, sino también a todo lo largo de la frontera.

No obstante, el Gobierno griego se mostró satisfecho debido a que "no cayeron en la trampa de Turquía de arrastrarles al diálogo" sobre los derechos soberanos en el mar Egeo en general y sobre los islotes y escolloscerca de las costas occidentales griegas. El mismo argumento fue exhibido por la parte turca. El ministro de Exteriors, Baylkal, aseguró expresamente que la retirada de.sus hombres no se debió a un acuerdo con Atenas.

Simitis declaró: "Incluso en la eventualidad de que ganásemos la guerra, la ONU y la OTAN nos hubieran obligado al final a sentarnos a negociar con Turquía, punto que deseábamos evitar de todas forrnas". Grecia, añadió el ministro, sólo acepta, negociar la plataforma continental de las islas griegas en el Egeo ante el Tribunal de La Haya. .

Pangalos declaró que dicha postura no satisface a los países poderosos y que en esta última crisis presionaron a Grecia en todos los tonos para que negociase con los turcos, "una actitud perjudicial para los intereses griegos". Ankara contestó que "no se puede jugar con Turquía" y que prevaleció "el sentido común".

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