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Los jóvenes adictos a drogas de diseño gastan en un fin de semana hasta 60.000 pesetas en su consumo

Los jóvenes españoles adictos a las drogas de diseño se gastan en un fin de semana entre 10.000 y 60.000 pesetas en su consumo, según el estudio Drogas sintéticas y nuevos patrones de consumo presentado ayer y realizado por la Coordinadora de ONG que intervienen en Drogodepencias, formada por 48 organizaciones. El trabajó indica: "Un consumidor medio ha de ingerir un mínimo de tres comprimidos para aguantar una noche. Si realiza rutas completas de fin de semana, puede llegar a la ingestión de hasta 10-12 comprimidos en el fin de semana".Un comprimido cuesta entre 3.000 y 5.000 pesetas. ¿De dónde sale tanto dinero? El estudio da una respuesta: "Es muy común que los consumidores habituales se conviertan automáticamente en traficantes a pequeña escala, para costearse su consumo".

El psicólogo Luis García Campos, uno de los autores del estudio,apuntó una preocupante tendencia: "Se está creando un bolsa muy peligrosa de adolescentes y jóvenes con alto presupuesto para gastos personales y un futuro muy negro, por el fantasma del paro. Es una disonancia que resulta muy difícil que no genere conflictos". En este afloramiento de nuevos adictos de drogas de diseño, el análisis de la coordinadora coincide con el de la Memoria de esté año del Plan Nacional sobre Drogas, presentado el martes en el Senado..

El estudio de la coordinadora, que insiste en que hay que romper los tópicos que circulan en los ambientes juveniles de que estas drogas sintéticas no crean adicción ni son peligrosas, detalla el proceso que acompaña a su ingestión: "Los efectos se suelen producir a los 20 o 30 minutos de tomarlas, apareciendo ligera ansiedad, hipertensión, taquicardia y tensión mandibular. Pasados los 60-70 minutos de efecto, aparece la depresión caracterizada por la relajación. No suelen tomar alcohol mientras sufren los efectos, porque saben que disminuirían, aunque entre dosis y dosis sí lo consumen, con lo cual es un tópico eso de que sólo beben agua o refrescos, y no alcohol".

Y subraya la dependencia psicológica: "Frente a lo días monótonos, aburridos y faltos de expectativas, dedicados al estudio, a un trabajó inestable, mal pagado y rutinario, e incluso a su infructuosa búsqueda, los fines de semana adquieren un valor mítico y mágico donde el vivir peligrosamente pasa a convertirse en una venganza contra las frustraciones".

El trabajo es una inmersión en el ambiente de las rutas del bakalao. Un mundo en el que el, marketing funciona en las drogas de laboratorio con la misma frivolidad que en otros productos dirigidos al mercado juvenil.

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