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El encanto del hombre fuerte

Se atribuye a Henry Kissinger la siguiente descripción de Giovanni Agnelli: "Gianni [Juanito], ya se sabe, parece encantador, y, de hecho, lo es hasta el punto de hacerte olvidar que es un hombre muy fuerte". Siendo Kissinger un gran admirador y teorizador del poder, esta frase del ex secretario de Estado de Nixon debe ser interpretada como un cálido elogio, al que el presidente de Fiat ha respondido hasta hoy. Ello le ha sido posible, en buena medida, gracias a Cesare Romiti, que, como consejero delegado, ha asumido con frecuencia la cara menos amable de los negocios.Nacido en Turín en marzo de 1921, Giovanni Agnelli, es el heredero del senador del Reino de Italia del mismo nombre y fundador dinástico de esta familia que controla el imperio Fiat con un participación algo inferior al 25% del capital. Hermano mayor de Susana, actual ministro de Asuntos Exteriores de Italia, y de Umberto, su primer delfín hasta que chocó con Romiti, el todavía presidente de Fiat estudió derecho en Turín, pero nunca ejerció de avvocato y tuvo una vida digna del mejor play boy hasta que, con 42 años, asumió el cargo de consejero delegado del primer grupo privado italiano. En 1966, llegó a presidente.

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Oficial del ejército en Rusia y Túnez durante la II Guerra Mundial y hombre con gran influencia sobre todos los gobiernos italianos del último medio siglo, Giovanni Agnelli, senador vitalicio desde 1991, ha llevado Fiat hasta cuotas de mercado que despertaron los recelos de Bruselas, a través de la absorción de Lancia y Alfa Romeo, y a su propia familia hasta cumbres de poder que han sido envidia de los magnates de todo el mundo.

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