Giovanni Agnelli anuncia por sorpresa que cederá la presidencia de Fiat a Cesare Romiti
Giovanni Agnelli, presidente del grupo italiano Fiat durante los últimos 29 años, anunció ayer que Cesare Romiti, el consejero delegado, le sucederá "en los próximos meses". La noticia -inesperada, porque contrasta con declaraciones muy recientes del propio Agnelli, e intrigante, en la medida en que la magistratura italiana acaba de pedir el procesamiento de Romiti mientras las pesquisas sobre la crisis del grupo editorial Rizzoli se acercan al propio Agnelli- ha sido explicada de forma oficiosa porque la buena marcha de Fiat permite ya que Giovanni Agnelli se jubile.
La Bolsa acogió ayer con escepticismo esta explicación, y reaccionó negativamente al anuncio de que Agnelli se dispone a dejar la dirección del primer grupo privado italiano. Hace sólo dos años y medio, cuando Fiat hubo de duplicar su capital social para enjugar importantes pérdidas y atender a una situación financiera débil, se suspendió la cláusula por la que los máximos cargos de la empresa debían cesar a los 75 años.Ayer, en la tradicional reunión anual con más de un centenar de directivos de un grupo que este ejercicio doblará los beneficios del año pasado, Agnelli dijo que la emergencia ha sido superada, y que el límite de edad vuelve regir. El presidente de Fiat, que hubo de ceder parte del poder familiar sobre su empresa en el contexto de la ampliación de 1993, cumplirá 75 años el próximo 12 de marzo.
Añadió Agnelli que Romiti, de 72 años, "asumirá la responsabilidad de la empresa durante los próximos años", en línea de continuidad con el pasado y para guiar el "tránsito generacional" hacia una dirección más joven. La declaración sugiere que el mandato de Romiti -segundo que no pertenece a la familia Agnelli que desempeñará la presidencia de Fiat- será breve y que el siguiente presidente será Giovanni Agnelli jr., hijo de Umberto, que fue declarado delfín por el actual presidente de Fiat hace pocos meses. Agnelli indicó que seguirá como presidente de IFI, sociedad de cartera que gestiona el patrimonio de los Agnelli, y presidente del sindicato de control de Fiat.
Es de prever, por todo ello, que las especulaciones sobre el futuro de la familia Agnelli en Fiat sigan circulando. Sobre todo, a la vista de que, en fecha tan reciente como el pasado 27 de noviembre, Agnelli declaraba a The Wall Street Journal. "Estoy dispuesto a irme en cuanto tenga sentido y resulte útil. Pero no creo que sea todavía el momento justo". En tomo a esa fecha se produjeron dos noticias judiciales. La primera, el 19 de noviembre, fue el registro de la sede del IFI en Turín ordenado por los magistrados de Milán que investigan la crisis del grupo editorial Rizzoli, adquirido por Fiat a finales de los ochenta.
El IFI, la sociedad de los Agnelli, vendió posteriormente a Rizzoli una serie de editoriales que presuntamente han generado el grueso de unas pérdidas de más de 75.000 millones de pesetas en Rizzoli. El grupo Fiat controla el 45% del diario español El Mundo precisamente a través de Rizzoli.
La segunda noticia, del pasado 7 de diciembre, fue la petición de procesamiento de Romiti efectuada por los magistrados de Turín que investigan la presunta implicación de Fiat en la creación de un circuito exterior de financiación en negro y su supuesto desvío hacia los partidos políticos. Buena parte de la prensa italiana había interpretado esa noticia como el fin de la carrera de Romiti en Fiat.
Entre las hipótesis barajadas sobre la promoción del consejero delegado, predominaba la de considerarla una reacción a la petición de su procesamiento. Si fuera procesado, Romiti dejaría de ser el parapeto que ha impedido que Agnelli sea considerado responsable de las vicisitudes penales de Fiat, a diferencia de De Benedetti o Berlusconi.
