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AIRES DE CAMBIO EN GUINEA

El Gobierno guineano intentó hasta el final impedir la presencia de observadores en las municipales de hoy

Alfonso Armada

Los sectores del régimen ecuatoguineano contrarios al escrutinio de la democracia lo intentaron hasta el final. Intensas negociaciones entre el escaso cuerpo diplomático acreditado en Malabo y el Ministerio del Interior guineano celebradas ayer permitieron que el régimen diera marcha atrás en su pretensión de última hora de reducir a cero la presencia de observadores internacionales en las decisivas elecciones municipales de hoy. La Plataforma de Oposición Conjunta (POC), que celebró los mítines más concurridos y coloristas, advirtió contra las maniobras para falsear las votaciones.

Fuentes de la Embajada españoa revelaron al atardecer de ayer que "todos los problemas han ido solventados. Los nueve observadores llegados del exterior podrán realizar su tarea sin obstáculos". Los dos observadores españoles viajaron ayer al continente en el avión que enlaza Malabo, la capital, con Bata, después de que el vuelo fuera demorado varias horas. La alarma se extendió en la noche del viernes, horas antes de que la campaña electoral echara el cierre, cuando el Ministerio del Interior lanzó la especie de que no se autorizaría la presencia de testigos exteriores.Los países donantes de ayuda (encabezados por España y Francia) redoblaron sus negociaciones. Finalmente, el número total de observadores podrá ser de 27, tras la decisión de que el personal diplomático acreditado en Guinea forme parte del cuerpo de observadores internacionales. Ante la no. publicación de las listas electorales, el veto a la presencia de informadores extranjeros, la ausencia de tinta indeleble en buena parte de los colegios, las amenazas de algunos delegados gubernamentales de zona y la desnutrida tropa de observadores internacionales, la oposición ha advertido del riesgo de que las elecciones no sean tan limpias como debieran".En declaraciones a Radio France Internationale, Plácido Micó, coordinador general de la POC, señaló: "Esperamos que las elecciones sean pacíficas y, sobre todo, que el poder respete el veredicto de las urnas". A juzgar por el calor recogido en sus mítines, la POC cree que si el voto es efectivamente libre deberán alzarse con una victoria incontestable.Un total de 153.000 guineanos están convocados a las urnas, de una población de más de 360.000 almas, aunque estimaciones del Partido del Progreso (miembro de la POC) cifran en 200.000 los guineanos que viven fuera del país, entre Carnerún, Gabón y España. La presión internacional obligó a Obiang que gobierna de forma implacable desde que en 1979 derrocara a su tío, el sanguinario Francisco Macías, a convocar unas elecciones que el año próximo tendrán su correlato en unos comicios presidenciales.

Miembros del Movimiento para la Autoderminación de la Isla de Bioko (el antiguo Fernando Poo) indicaron ayer que el jueves fueron detenidos 11 de sus militantes en Malabo por hacer campaña contra las elecciones.

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