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'Astillas' y 'subastillas'

La transcripción de las cintas grabadas a los subasteros (y sobre cuya legalidad se debe pronunciar la Audiencia) ocupa unos 40 folios. El nombre de Jesús Gómez Castaños, para quien el fiscal solicita al tribunal una multa de 95 millones de pesetas -o seis meses de cárcel en caso de impago- y seis meses de cárcel por otros delitos, figura en buena parte de ellas.El 30 de julio de 1986, Jesús habla con un tal Rafael y, entre otras cosas, le dice refiriéndose, supuestamente, a una subasta judicial: "El juez del lo ha mandado un oficio al del 21, para que suspenda actuaciones. El oficial [del juzgado] tiene retenido ese escrito, para que el juez no lo vea. Estamos jugando con fuego y nos vamos a quemar. Aquí lo que interesa es acelerar la escritura cuanto antes y la inscripción".

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Las cintas grabadas a los subasteros evidencian casos de corrupción

Las alusiones a funcionarios corruptos son frecuentes en las cintas. De hecho, 16 están sentados ahora en el banquillo de los acusados implicados en la trama de los subasteros. El fiscal les pide fuertes penas de inhabilitación (hasta ocho años) y para alguno de ellos incluso penas de cárcel por cohecho.

Las alusiones a funcionarios son frecuentes. En otra de las conversaciones grabadas sale a relucir el nombre de un -amigo oficial". "Julián sellama, ¿no?", indica uno de los interlocutores. "Jesús, Jesús", responde el otro.

En otro de los diálogos María Tarriño, también acusada en el procedimiento, asegura que en la plaza de Castilla (sede de los juzgados de Madrid) "todo funciona a base de astillas". Ésta fue una de las frases que utilizó el fiscal el pasado miércoles, durante su exposición de los hechos, para evidenciar los sobornos que se habían producido en algunos juzgados. Con el término de astillas son conocidas las propinas o sobornos a funcionarios de justicia.

Entregas de dinero

El fiscal sostiene como hechos probados al menos dos entregas de dinero, una de 100.000 pesetas y otra de 40.000. Además, en los registros que ordenó el juez en los despachos de algunos subasteros se hallaron documentos en los que constan pagos de dinero a funcionarios.También queda claro, a lo largo de los diálogos, la celebración de subastillas. Es decir, antes o después de celebrarse la subasta delante del juez los subasteros se reunían en un lugar (fuera del juzgado) y celebraban sus propias pujas sobre un determinado bien inmueble. Como todos estaban compinchados, no había problemas. Uno de ellos se quedaba el piso en la subasta oficial, al precio más bajo posible. Pero esta persona debía cederlo después -en los ocho días siguientes, como marca la ley- al mejor postor de la respectiva subastilla extrajudicial.

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