La presencia de Pete Wilson en la carrera presidencial de Estados Unidos sacude las aguas republicanas
Ser un eficiente y popular gobernador de California, el mayor cuerpo electoral del país y todavía uno de los Estados con más poder económico es como tener un pie en la Casa Blanca. El problema para Pete Wilson, que ha empezado ya de hecho su campaña para la presidencia de EE UU aprovechando esa ventaja inicial, es que sus cualidades como gobernador de California están seriamente en duda. Su entrada en la carrera electoral, que se da por descontada después de haber anunciado la pasada semana la creación de un comité para la recaudación de fondos, constituye, en todo caso, un terremoto dentro de las filas republicanas.Wilson se ha convertido en uno de los candidatos a batir por el resto de los republicanos en liza, que han comenzado inmediatamente a atacar los puntos de su plataforma política, que hacen parecer al gobernador de California como un centrista dentro del espectro actual del partido de la oposición. Wilson es partidario de la libre elección de las mujeres sobre el aborto y de proteger los derechos de los homosexuales, lo que le convierte en un peligroso liberal para algunos de sus más activos rivales, especialmente Pat Buchanan y Phil Gramm.
Wilson ha corrido ya con la etiqueta de liberal en anteriores campañas electorales, que han sido muchas. Pero ésa es sólo una de las diversas imágenes presentadas por este hombre, cuya habilidad para reinventarse a sí mismo es reconocida en todo el país. "En el mejor de los casos, Wilson es un experimentado camaleón político con una gran habilidad para saber de dónde sopla el viento", afirma Joseph Farah, director de la publicación Inside California.
La mayor y más reciente transformación de su vida es la que le permitió ser reelegido el año pasado como gobernador. Después de haber defendido, cuando era senador californiano, la libre entrada de emigrantes para ayudar al más rápido crecimiento de la economía del Estado, Wilson presentó en 1994, cuando su popularidad era inferior al 20%, la iniciativa que le llevó a la resurrección: la propuesta 187. Como autor de esa ley, que exige la retirada de los servicios públicos a los inmigrantes ilegales, Wilson pretende ahora ser el héroe de una cierta corriente nacional en contra de los extranjeros. Su presencia en la campaña convertirá el problema de la emigración en un debate fundamental con vistas a las elecciones que se celebrarán en noviembre del año próximo.
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