La "jornada de lucha" convocada por KAS culminó con una emboscada para calcinar a cinco 'ertzainas'

Un ertzaina con el 42% de su cuerpo quemado y una transeúnte de 19 años con múltiples fracturas pagaron, entre otros, las consecuencias de la vandálica "jornada de lucha" convocada el viernes por HB y KAS en el País Vasco. Las iras de los manifestantes por el caso Lasa y Zabala alcanzaron su máxima violencia en Rentería, cuando un grupo de jóvenes intentó calcinar con cócteles molotov a cinco policías que viajaban en una furgoneta. El ertzaina J. R. S. y la joven Amaia A. permanecían ingresados ayer en los hospitales de Cruces, en Bilbao, y Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián, en estado muy grave. Los artefactos incendiarios contenían ácido sulfúrico. Amaia y una amiga que paseaban por la zona fueron arrolladas accidentalmente por el vehículo policial cuando los agentes, convertidos en antorchas humanas, intentaban salir de la furgoneta.

La convocatoria de HB y KAS, pretendiendo rentabilizar políticamente el hallazgo en Alicante de los cadáveres de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala -las primeras víctimas de los GAL- derivó el viernes en graves altercados, y ayer se reprodujeron los incidentes en Tolosa, Elgoibar, San Sebastián y Vitoria.En Tolosa, localidad natal de los dos fallecidos, grupos radicales arrojaron ayer un cóctel molotov a una sucursal del Banco Guipuzcoano, incendiaron barricadas y lanzaron cohetes a la Ertzaintza. En Elgoibar rompieron a pedradas los cristales de varias entidades bancarias y cabinas telefónicas. En San Sebastián y Vitoria, los manifestantes atacaron bancos y autobuses urbanos.

El pasado viernes, tras un llamamiento a la violencia de KAS, la mayoría de los disturbios se registraron en Guipúzcoa, y el colofón de la jornada fue una trampa urdida para calcinar a una patrulla policial en Rentería, que a punto estuvo de costar la vida a varias personas. Según diversas fuentes, la Ertzaintza acudió a la estación del Topo

[tren de cercanías] de Rentería después de recibir una llamada advirtiendo que había incidentes. Varios jóvenes que esperaban a los agentes con la cara tapada con pasamontañas les arrojaron artefactos incendiarios, uno de los cuales penetró en la furgoneta.

El conductor, en llamas como el resto de sus compañeros, perdió el control del vehículo y atropelló a dos jóvenes ajenas a los incidentes que paseaban por la zona. Una de ellas, Amaia A., está muy grave, con heridas en el pecho y pierna izquierda, además de desgarro cutáneo hasta la vulva. Su amiga, Estitxu U., fue intervenida quirúrgicamente de una fractura orbitaria, tiene heridas en las piernas y sigue en vigilancia intensiva.

Uno de los ocupantes de la patrulla sigue en cuidados intensivos de pronóstico muy grave, con quemaduras de segundo y tercer grado en el 42% de su cuerpo.