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Temor a atentados en París al comenzar el juicio por el asesinato del ex ministro iraní Chapur Bajtiar

Enric González

En el banquillo se sientan tres acusados: Ali Rad Vakili, Massud Hendi y Zeinal Abein Sarhadi. Otros seis acusados son juzgados en rebeldía. Y, tras todos ellos, se acusa a los servicios secretos iraníes. Ayer comenzó en París el juicio por el asesinato de Chapur Bajtiar, último primer ministro del sha Reza Palevi, acuchillado en Suresnes el 6 de agosto de 1991. El juicio amenaza con enturbiar de nuevo las relaciones entre Francia e Irán.Teherán lanzó el lunes su primera advertencia: más de mil mujeres se manifestaron ante la Embajada de Francia para "apoyar a las estudiantes musulmanas que luchan por su derecho a llevar la cabeza cubierta con un pañuelo en las aulas francesas".

El juicio contra los presuntos asesinos implicó un enorme despliegue policial en París. En noviembre de 1992, cuando dos iraníes fueron detenidos acusados de asesinar a un opositor en Suiza, Teherán encarceló a un hombre de negocios francés, y la embajada francesa y las oficinas de Air France fueron objeto de atentados. Un año después, los dos detenidos fueron entregados a Irán, en lugare de a Suiza.

El asesinato de Bajtiar fue posible por una cadena de errores de la policía francesa, que empezó por conceder visados de entrada a los asesinos pese a estar recomendados por un empresario islamista, sobrino del ayatolá Jomeini, que había sido expulsado de Francia por dos veces. Según las conclusiones del sumario, los ejecutores de la fatwa del ayatolá Jomeini, Ali Rad Vakili. (detenido) y Mohamed Azadi (en rebeldía), fueron introducidos en la residencia de Bajtiar por Faridun Boyerhamadi, secretario del ex primer ministro. Los dos esbirros efectuaron un asesinato ritual: tajó mortal en la garganta, amputación de ambas manos y robo del reloj de la víctima, como prueba de que el encargó había sido cumplido. Esa mañana, horas antes de que nadie supiera nada, el Gobierno de Teherán dirigió un mensaje codificado a un agente en Suiza, pidiendo confirmación de la muerte de Bajtiar. El mensaje fue descifrado y es la más sólida prueba de la implicación de los servicios secretos iraníes. Un presunto asesino, Azadi, fue recogido en Suiza por agentes iraníes y puesto a salvo en su país. El otro, Vakili, fue detenido en Ginebra. Además de él, se sientan en el banquillo Masud Hendi (empresario, sobrino de Jomeini, protector de los asesinos en Francia) y Zeinal Sarhadi (funcionario de la embajada iraní en Suiza, sobrino del presidente Rafsanyani, organizador de la huida).

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