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Elecciones alemanas

Después de las elecciones de la RFA, los dos grandes partidos, la CDU y el SPD, no tienen nada que celebrar. Los electores les han encomendado tareas muy complicadas: a Helmut Kohl se lo han puesto dificilísimo para gobernar, y Rudolf Sharping tampoco encontrará con facilidad un camino rápido hacia el poder. La CDU, debilitada, puede seguir gobernando con sus antiguos socios de coalición, pero éstos van a ser mucho más difíciles de manejar que antes. Por' un lado está la CSU, que puede presentarse en Bonn como salvadora del canciller Kohl, y que exigirá un precio por ello. Por otro lado está el FDP, que sacando fuerzas de flaqueza ha escapado por muy poco a la muerte, y que ahora tiene que luchar por su supervivencia con el valor de la desesperación. La primera batalla ( ... ) que se librará entre la CSU, fuerte por sí misma, y el FDP, que tiene que representar una postura de fuerza por pura debilidad, será por la vicecancillería. Pero esto no será más que el preludio del drama del autodesgarramiento de una coalición para lo bueno y para lo malo. En la oposición, junto al SPD hay dos pequeños partidos que, a diferencia de lo que ocurre con el propio SPD, no necesitan encontrar su papel. ( ... ) Los Verdes serán de una dureza implacable, y el PDS practicará una fantasmagórica política de oposición; ambos harán de sus actuaciones parlamentarias un espectáculo de fuegos artificiales.

18 de octubre

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