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La maquinaria de poder de la CDU

Miguel Ángel Villena

En el mismo centro del sistema que Helmut Kohl ha dispuesto para gobernar Alemania se halla su partido, la Unión Cristiana Democrática (CDU).Una extensísima red de funcionarios de la CDU mantiene permanentemente informado al canciller de cuanto acontece en el partido en los rincones más alejados de este impresionante país de 357.000 kilómetros cuadrados, poblado por más de 80 millones de personas.

Su dominio de la información interna acrecienta la imagen de un Kohl omnipotente y omnisciente que desde su despacho en la apacible Bonn otorga cargos y favores, hunde a sus enemigos, promete gratificaciones o niega peticiones. Durante los 20 años en que ha dirigido con mano de hierro a la democracia cristiana, el canciller Helmut Kohl no ha tolerado la más mínima disidencia.

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El espejo alemán se llama Kohl

El canciller exige lealtad sin fisuras, obediencia ciega a todos los militantes. Aquellos que se han atrevido a desafiar al líder han pagado su osadía con las defenestraciones o los destierros de lujo. La popular presidenta del Bundestag (Parlamento), Rita Süssmuth, puede aportar pruebas de que Kohl no admite competidores.

Junto a su férreo control, del partido, Koh se ha esforzado en contar con apoyos que van desde los empresarios a los futbolistas.

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