El largo viaje de Kant

Los exámenes constituyen una excelente fuente para la inagotable antología del disparate. Los nervios o el desconocimiento del asunto objeto del ejercicio tienen la culpa.De la última prueba de la selectividad en Madrid, un catedrático de universidad que corrigió el ejercicio de filosofía en uno de los tribunales, entresacó dos perlas, que relató de memoria porque no llegó a transcribir literalmente los ejercicios.

Sobre Kant, autor invariablemente presente cada año en la prueba de filosofía, uno de los examinandos escribió que este filósofo "trataba de que se utilizara bien la libertad porque el hombre está inclinado al mal". Para reforzar su tesis acerca de la intrínseca capacidad de perversión del ser humano, el alumno en cuestión argumentó: "Ya lo dice la célebre frase: el lobo es un lobo para el hombre.

Otro escribió cinco escuetas líneas, en las cuales venía a decir: "Kant, a pesar de que nació en un pueblo y llevó una vida monótona, llegó muy lejos, tan lejos que, fíjese, andando el tiempo, ha venido a encontrarse conmigo en este examen, que voy a suspender".

En honor a la verdad, hay que señalar que el catedrático que relató estas divertidas anécdotas y que hacía muchos años que no participaba en un tribunal de selectividad, comentó que se había visto gratamente sorprendido por "el excelente nivel medio de los alumnos" y que le había llamado la atención la escasez de faltas de ortografía