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Las bases del FIS salen de la clandestinidad para imponer la moral islámica

Los militantes de base del Frente Islámico de Salvación (FIS) han dejado la clandestinidad y se han lanzado a la calle en una ofensiva con la que pretenden imponer las leyes y costumbres emanadas del Corán. La prensa gubernamental y francófona, las mujeres trabajadoras y los vendedores de tabaco son algunos de los objetivos primordiales de esta campaña de moralización islámica, que alcanza su clímax en estas vísperas del mes sagrado del Ramadán.

La ofensiva de los integristas se inició el pasado mes de enero y culminó el pasado día 3 con una llamada a la huelga general en la alcazaba de Argel. Durante una buena parte del. día los activistas islámicos lograron que el barrio se quedara vacío y los comercios cerraran sus puertas. Esta movilización fue convocada por los vecinos, militantes y simpatizantes del FIS para protestar contra el régimen argelino y por la muerte reciente de dos militantes del partido integrista, entre los que se encontraría un imam de la mezquita de Ben Badis.Esta ha sido la primera convocatoria de huelga general efectuada por el FIS en un barrio de Argelia, después de las movilizaciones de junio de 1991, cuando el partido integrista lanzó una ofensiva para impedir la entrada en vigor de las leyes electorales para las legislativas. En esta ocasión la huelga general se ha desarrollado sin incidentes, a pesar de que grupos de jóvenes hostigaban e insultaban a las fuerzas de seguridad.

Pero además de esta huelga general, los militantes del FIS han lanzado otras ofensivas, entre las que se encuentra el boicoteo de la prensa francófona y gubemamental, en vigor desde primeros de año, cuando los quiosqueros y los distribuidores de prensa recibieron amenazas por escrito en las que se les instaba a no vender determinados periódicos. La maniobra parece haber culminado con éxito en las regiones de Blida y Medea, situadas a unos 50 kilómetros al sur de Argel, donde se hace dificil encontrar determinados títulos.

Ayer un furgón de la empresa estatal de distribución de periódicos fue secuestrado en el barrio de Los Ecaliptus, con toda su mercancía en el interior, después de que los dos conductores fueran conminados a descender de la furgoneta.

En estas mismas regiones, consideradas feudos del FIS, los activistas tratan de erradicar los vendedores callejeros de cigarrillos, impedir la venta de alcohol, cerrar los locales de máquinas recreativas o obstaculizar la difusión de la televisión por las antenas parabólicas. Los militantes del FIS consideran que todas estas actividades constituyen un atentado a la moral islámica.

Otro objetivo importante de los integristas 'son las mujeres trabajadoras. En diversas localidades, también cercanas a Argel, han aparecido en, los últimos días octavillas en las que se conmina a las mujeres a quedarse en casa y a llevan el velo islámico. Estas amenazas han sido denunciadas recientemente por diversas asociaciones feministas y por la Asociación de Solidaridad con las Familias Víctimas del Terrorismo.

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Según los observadores políticos esta escalada de los integristas argelinos -de la que ayer se supo que el lunes costó la vida a dos policías, asesinados en Bordj Ménaiel, 70 kilómetros al este de Argel, según el diario Liberté- es una forma de presionar al Gobierno, en un momento en que está comprometido con el diálogo, según confirmó el presidente Liamin Zerual en un discurso radiotelevisado el lunes por la noche a toda la nación. En este mensaje, Zerual aseguró que haría todo lo posible para imponer una solución política y acabar con el "derramamiento de sangre". El general pidió el apoyo de la población, tras asegurar que la política de diálogo cuenta con el visto bueno del Ejército, que no "ahorrará esfuerzos para ayudar al país a encontrar una solución política adecuada y duradera".

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