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Asesinado el ministro de Justicia de Haití, defensor del proceso democrático

Un grupo de pistoleros asesinó ayer en Puerto Príncipe, capital de Haití, al ministro de Justicia, Guy Malary, partidario de la democratización del país y del regreso del depuesto presidente Jean Bertrand Aristide. El asesinato se produce 24 horas antes de que concluya hoy el plazo para que el jefe del Ejército de Haití, Raoul Cedrás, abandone el poder y permita así la vuelta de Aristide con la protección de un contingente de la ONU. Dos guardaespaldas y el chófer del ministro fueron también asesinados. La muerte de Malary obstaculiza la transición democrática en Haití.

El desaparecido ministro de Justicia era un prestigioso abogado decidido partidario de la modernización del sistema judicial de Haití y defensor de la separación del Ejército y de la policía. Seguidor del depuesto y electo presidente Jean Bertrand Aristide, Malary se había dedicado durante las últimas semanas a preparar la legislación necesaria para dividir las fuerzas armadas y los cuerpos policiales. Estas medidas están recogidas en los acuerdos firmados a principios del mes de julio en Nueva York.Centenares de manifestantes civiles impidieron el lunes de esta semana que atracara en Haití el buque estadounidense Harlan County que transportaban 200 soldados estaodunidenses y canadienses que forman parte de las fuerzas de la ONU mientras lanzaban gritos contra la presencia de tropas extranjeras. El general Cedrás debe pasar hoy a una situación de retiro, según establecen los acuerdos de Nueva York, pero este militar y hombre fuerte de Haití ha exigido una amnistía para los golpistas y ha justificado las protestas de un sector de la población.

De este modo, el asesinato de Malary en plena calle muestra el grado crítico a que han llegado las tensiones en la isla, cuyos jefes militares han desafiado a la ONU 3, al presidente norteamericano Bill Clinton. Un antiguo funcionario del Gobierno de Aristide manifestó ayer que la muerte del ministro de Justicia confirma que "los tonton macoutes [antigua policía del dictador Duvalier] quieren una ocupación militar en Haití".

Un portavoz de la Casa Blanca manifestó, tras conocerse la noticia del asesinato, que el presidente Clinton condenaba el atentado y lo calificaba de "tentativa desesperada para contrarrestar la voluntad del pueblo haitiano en favor de la democracia". Aristide también condenó el asesinato en unas declaraciones realizadas en Washington.

Retiro del general Cedrás

De hecho, Clinton trató ayer mismo de reconquistar la autoridad dañada en la crisis de Haití cuando afirmó, horas antes del asesinato de Malary que, pese a la suspensión de la operación militar, su Gobierno sigue plenamente comprometido en la reinstauración de la democracia en aquel país y en el regreso de Aristide. Clinton aseguró que actuará, incluso "unilateralmente" para que se cumpla el acuerdo que exige hoy la renuncia del general Raoul Cedrás de su cargo de jefe del Ejército."Mi determinación allí [en favor de un sistema democrático] es tan fuerte como siempre", dijo el presidente norteamericano en una conferencia de prensa y se mostró optimista sobre las posibilidades de que Cedrás se vaya y Aristide pueda regresar el 31 de octubre, según lo previsto.

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Clinton aseguró que EE UU cumplirá con las sanciones aprobadas el miércoles por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que entrarán en vigor a partir del lunes próximo si los militares haitianos violan los términos del acuerdo Firmado en julio pasado. Además, añadió el presidente norteamericano, Estados Unidos tomará "algunas medidas más que serán anunciadas dentro de unos días".

Como parte de esas sanciones, se prohibe la venta de petróleo, aunque no de sus derivados, a ese país, así como el bloqueo de sus cuentas en el exterior. Estados Unidos, por su parte, prohibirá toda clase de comercio con Haití. La embajadora estadounidense en la ONU, Madeleine Albright, señaló que su país está dispuesto a hacer "todo lo que sea necesario para reinstaurar la democracia, excepto medidas militares que nadie desea".

Sin embargo, un portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos apuntó que Washington podría enviar barcos de guerra a las costas de Haití para garantizar el cumplimiento del embargo impuesto por la ONU. El asesinato de Malary puede obligar a Estados Unidos a tomar decisiones en los próximos días.

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