Tiempos difíciles para la ciencia en EE UU
"En Estados Unidos vamos a sufrir restricciones en investigación científica y habrá programas eliminados, dada la actual situación económica y las prioridades establecidas", comentaba en la Bienal de Física, celebrada en Jaca, Benjamín Carreras, científico de origen español que trabaja en EE UU desde 1976 y dirige el programa de fusión nuclear en el laboratorio de Oak Ridge, en ese país."El problema", mantiene este físico, "es cómo mantener el nivel necesario de investigación fundamental y participar en unas prioridades mucho más orientadas que hasta ahora al desarrollo de tecnologías de fabricación", dice. Él espera cambios profundos, de aquí al año 2000, en la forma de hacer ciencia en EE UU. "Es muy importante la planificación que estamos haciendo, porque hasta ahora los científicos hemos vivido muy tranquilos: había dinero y expansión", comenta.
Carreras se plantea si el valor de la, ciencia ha cambiado para la sociedad: "Tal vez ahora tenemos menos apoyo social, que se traduce en menos apoyo económico. Debemos explicar al público, que al fin y al cabo es quien nos paga y tiene derecho a exigirnos resultados, por qué somos útiles, pero hay que mantener el equilibrio necesario entre ciencia fundamental y ciencia aplicada".
La fusión nuclear, debe tener, dice, una repercusión tremenda en toda la sociedad, puesto que pretende controlar en la Tierra las reacciones nucleares- por las que lucen las estrellas, para producir cantidades ingentes de energía prácticamente sin contaminación. Pero es un objetivo para dentro de 40 o 50 años, aunque estén ya trabajando en él, en estrecha colaboración, las cuatro potencias EEUU, Europa, Japón y Rusia.
Carreras, destaca las aplicaciones que la investigación en fusión está ya proporcionando: desde sistemas avanzados para limpiar la pintura de los aviones hasta tecnologías de producción de papel minimizando los agentes contaminantes.
