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Los representantes chinos creen que habrá candidatura para el 2004

"Estoy seguro de que el Comité Internacional Olímpico ha tomado la mejor decisión al elegir a Sidney como sede de los Juegos del año 2000. Respecto a la derrota de Pekín, estamos hablando de un pueblo milenario en el que unos anos no tienen importancia". Así opinó ayer el presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, al término de las reuniones olímpicas celebradas en Montecarlo. "Espero que muy pronto habrá una nueva candidatura china para organizar los Juegos", añadió.

"Seguiremos luchando contra todo tipo de discriminación, y por la paz y el olimpismo", dijo el vicepresidente chino del COI, He Zhenllang, cuando terminó la lola Sesión. "No depende de mí, pero creo que en el futuro habrá otra candidatura china".

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La reelección de Samaranch como presidente del COI, que ha pasado casi inadvertida en Montecarlo, ha vuelto a demostrar su poder, pero la decisión del jueves, contra aquellos que le acusaban de apostar por Pekín, confirma que no domina las elecciones. En realidad, ha confesado en privado que le daba igual el triunfo de Sidney o Pekín. Si en 1986 ganó Barcelona fue por méritos de la ciudad y él sólo puso su prestigio. Nunca hace campañas que se puedan volver contra él. Bastante disgusto se llevó en. 1990 cuando Atlanta ganó a Atenas. Prefería la tradición y debió soportar las críticas por la victoria del dólar. "Desde que fui elegido en 1980 en Moscú decidí no participar en ninguna votación, porque creo que el presidente sólo debe presidir. Ningún miembro del CIO puede decir que haya influido en alguna ocasión. Acepto las decisiones y en este caso creo que el triunfo de Sidney es el mejor".

Connotaciones políticas

"En esta elección ha habido muchas connotacionmes políticas", confesó el presidente. "Pero la decisión se basó en méritos deportivos. El resultado se ha ajustado al informe de, la comisión de evaluación. Sidney dijo que era amante del deporte, lo demostró y creo que los Juegos del año 2000 están en buenas manos. Yo estoy satisfecho de ello como presidente del CIO, y también personalmente. Honramos así a un país que había presentado ya tres candidaturas. Pekín lo hacía por primera vez".

Samaranch se va satisfecho de Montecarlo por la fuerza del olimpismo, pero sigue indignado con los ataques de los anglosajones. En el último le acusan de estar sólo preocupado del protocolo.

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