13 explosiones en cadena causan 200 muertos en el centro de la ciudad india de Bombay
Las calles de Bombay, capital financiera de la India, se convirtieron ayer en un infierno. Una cadena de atentados con bomba mató al menos a 200 personas e hirió a otras 800, cuando la ciudad, al suroeste de] país, aún no se ha recuperado de brutales brotes de violencia entre hindúes y musulmanes. El Ministerio indio del Interior dijo que las bombas estallaron en 13 lugares distintos, todos ellos muy transitados, y a intervalos de 90 minutos. Las autoridades no tenían anoche pistas sobre los autores de los atentados, si bien aludieron a una "conspiración internacional" que apunta a Pakistán.
La primera bomba explotó junto a la Bolsa, un edificio de 29 pisos situado en el corazón de la ciudad. Las ventanas saltaron en pedazos y una lluvia de cristales como cuchillos cayó sobre los viandantes. Algunos testigos afirmaban que varios pisos del rascacielos, inaugurado hace tan sólo unos meses, se habían hundido.Otra bomba estalló junto a la sede de las líneas aéreas indias. Gopal Aggarwal, un hombre de negocios, aseguró que el polvo era tan espeso que apenas podía verse nada. Se oían gritos. Entre la humareda contó diez cuerpos. En la puerta, un hombre cubierto de sangre sólo acertaba a gemir: "Una bomba, una bomba!".
La siguiente explosión tuvo lugar en un ferrocarril que abandonaba la estación Victoria. La siniestra sucesión de atentados continuó sembrando la muerte en las horas siguientes en lugares muy transitados: tres hoteles de lujo, un cine, un centro comercial... Otro de los objetivos fue un depósito de petróleo cerca de la sede del partido Shiv Sena, vinculado al movimiento nacionalista hindú.
Hileras de cadáveres se apiñaban en el hospital central de Bombay. Tres salas completas estaban abarrotadas de heridos, muchos de los cuales compartían la misma cama.
Coches bomba
Un portavoz el Gobierno aseguró que la mayoría de las explosiones fueron de coches bomba. La policía no tenía anoche pistas sobre los presuntos autores. Expertos en explosivos se trasladaron ayer a Bombay desde varios puntos del país para participar en las investigaciones mientras el primer ministro indio, Narasimba Rao, ponía al Ejército en estado de alerta.
Poco antes, el ministro del Interior, Shankarrao Chavan, había manifestado en el Parlamento: "Sospechamos de una conspiración internacional". No especificó quién podría estar detrás del supuesto compló, aunque este tipo de comentarios suele referirse generalmente a Pakistán, país vecino con una población predominantemente musulmana.
La India y Pakistán se han enfrentado en tres guerras desde su independencia del Reino Unido en 1947. Sus relaciones actuales son particularmente tensas a causa de la rebelión, que ya dura tres años, en la región de Cachemira, que los dos países reclaman como suya. A ello se añade la destrucción de una mezquita por extremistas hindúes en la ciudad de Ayodhya el pasado mes de diciembre. Este último incidente desató una ola de violencia entre musulmanes e hindúes que provocó la muerte de 2.000 personas.
El fin de la tolerancia
La reputación de Bombay como ciudad cosmopolita, donde los enfrentamientos religiosos no interferían en las actividades comerciales y en la vida cotidiana, ha pasado al olvido.Esta ciudad de 12 millones de habitantes, considerada como la más tolerante de la India, fue el escenario de los peores enfrentamientos entre musulmanes e hindúes en la ola de violencia que sacudió al país en diciembre y enero pasados, a raíz de la destrucción de la mezquita de Ayodhya. En dos semanas, las luchas callejeras dejaron 700 muertos.
Los atentados de ayer cubren de sombras el programa de reforma económica del Gobierno indio, que pretende atraer a inversores extranjeros. El 80% de las transacciones bursátiles se realiza en Bombay, sede de las principales compañías del exterior. Esta acción terrorista es la mas sangrienta en la India. En 1985, otra serie de explosiones en cadena mató a 60 personas en la capital, Nueva Delhi.
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