Tropas belgas empiezan a evacuar a sus nacionales atrapados en Zaire
La violencia desencadenada en Zaire el jueves y el viernes pasados costó la vida a unas 100 personas en Kinshasa, la capital del país. Entre las víctimas figuran dos franceses (uno de ellos el embajador de Francia, PhIlippe Bernard), un italiano, un israelí y un portugués. Ayer, un destacamento de paracaidistas belgas empezó a evacuar a los ciudadanos que permanecían atrapados en la Embajada belga en la capital Kinshasa, donde se mantenía una calma relativa, aunque podían oírse disparos esporádicos. Otro grupo soldados franceses, presentes en la capital, tiene previsto empezar hoy la evacuación de sus ciudadanos ante la gravedad de la situación.
En un golpe de efecto propagandístico, el presidente Mobutu Sese Seko cedió su barco particular para que 300 extranjeros, en su mayoría belgas, alemanes e israelíes, huyeran del país descendiendo por el río Congo.
Muchos extranjeros, que han llegado a Brazzaville huyendo de los combates, informaron que las tropas de élite del presidente Mobutu, la División Especial Presidencial, tienen bajo su control el centro de la capital, pero los militares amotinados no han sido totalmente neutralizados. Mobutu desmintió ayer haber pagado a los solddos con billetes falsos.
Los rebeldes pertenecen a la ga División Paracaidista del Campamento Ceta, cerca del aeropuerto de Ndjili, y unidades del Campamento Kokolo.
Almacenes y tiendas del centro de la capital fueron totalmente saqueados. El pillaje también se centró en los depósitos de la zona industrial, donde varios contenedores de hasta veinte toneladas fueron reventados con granadas y vaciados de su contenido. Según numerosos testigos, la población civil no ha participado prácticamente en los saqueos.
El ministro de Exteriores belga, Willy Claes, declaró anoche en Bruselas que dos religiosas fueron violados la noche del pasado viernes en la capital.
