Gala de Reyes
Como asiduo lector de su periódico me permito dirigirme a usted a propósito de la Gala de Reyes que La 2 de TVE nos ofreció en la noche del 5 de los corrientes, retransmisión improvisada a todas luces, ya que poco antes anunciaban una película en ese mismo espacio, lo que originó unos resultados técnicos más que discutibles, que no justifican la actuación de la señora Caballé con sus continuos ataques de glotis, arrastres innecesarios, falta de fraseo, agudos forzados, etcétera, contrastando con la plenitud de facultades de Domingo.Se celebraba el reencuentro de estos dos superdivos tras 10 años de ausencias, voluntarias por otra parte, al menos por la de uno de los contendientes.
Justificando el evento, yo preguntaría humildemente al señor Domingo: ¿no hubiese agradecido nuestro Rey que se hubiesen estudiado las partituras hasta cantarlas de memoria, como hace cualquier cantante novel, en lugar de prodigarle tanto Incienso, que, por otra parte, no necesita? ¿O es que son capaces de cantar Lohengrin en alemán y además representarlo y no pueden memorizar plececitas fáciles y conocidas en castellano o catalán?
Cantando de este modo se hubiesen evitado esa maratón de gafas y ese poner las partituras en el piano como si estuviesen en casa de unos amiguetes. Y a propósito de cachet, nos gustaría que el señor alcalde dijese a los madrileños cuánto nos ha costado este evento.Curiosa la confusión del, por otra parte, excelente comentarista Pérez de Arteaga atribuyendo El barbero de Sevilla de Jiménez,primero a Luna, y definitivamente a Chapí; por cierto, cantada esta romanza, Me llaman la primorosa, medio tono bajo por la señora, obviando. además los agudos anteriores a la resolución.Esperemos que esto no haya ido a Europa, porque, caso con-, trario, mucho me temo que seamos expulsados de la CE, al menos de su parcela musical. De la debacle se salvaron muy dignamente los maestros García Asensio y Achúcarro (fantástico este último), y, por supuesto, la Orquesta Arbós.- Juan Hurtado.
