El PP reduce a 6,8 puntos la distancia con el PSOE
Crece el pesimismo de los españoles ante la situación política y económica
EL PAÍS El Partido Popular avanza ostensiblemente en la intención de voto (21,1 %), mientras el Partido Socialista se estanca (27,9%), aunque mantiene todavía una distancia de 6,8 puntos frente a su más directo adversario. Esta intención de voto ha sido medida, como es habitual en los barómetros estacionales de Demoscopia, sumando quienes dicen que votarían por un partido a quienes manifiestan simpatía por el mismo, es decir refleja la intención directa de voto.
Con estos datos se acentúa la pauta detectada en sondeos anteriores: básico estancamiento del voto socialista y claro avance (casi tres puntos) del voto potencial del PP.
A los datos de intención de voto obtenidos fuera de un contexto electoral no cabe darles más valor que el de la expresión de un estado de opinión. Pretender deducir una predisposición cristalizada de voto sería, sin duda, violentarlos.
El dato más relevante es que, por primera vez durante el último decenio, se registra una pauta de gradual ascenso de la intención de voto a favor del PP y al mismo tiempo un estancamiento del voto socialista, con el resultado de un acortamiento de las distancias entre ambos partidos hasta niveles sin precedentes: 6,8 puntos de diferencia ahora frente a 17,9 hace justamente un año. Es decir, en tan sólo 12 meses la distancia ha quedado reducida a una tercera parte de lo que era.
En los sondeos de primavera, verano y otoño que se hicieron en los meses de abril, julio y octubre, el PP se mantuvo estancado en torno al 18% de intención directa de voto tras haber subido tres puntos respecto al último tnimes tre de 1991. En esta ocasión y durante los últimos tres imeses vuelve a subir otros tres puntos, con lo que logra acercairse al PSOE, si bien éste muestra un ligero repunte (27,9) frente a los datos del mes de octubre (27,2).
Retroceso de IU
En el resto de los partidos se observan algunos datos de cierta relevancia: un corte brusco en la tendencia ascendente quie Izquierda Unida (IU) había mantenido a lo largo del año y que le hace retroceder casi dos puntos respecto a su expectativa, más alta de octubre pasado.
El Centro Democrático y Social (CDS), que desde septiembre de 1991 se movía, según los distintos sondeos trimestrales, en torno al 1,4%, logra remontar hasta el 2%, aunque está muy lejos aún de alcanzar los porcentajes que logró en las últimas, elecciones.
Los nacionalistas vascos y catalanes no ofrecen variaciones significativas.
La creencia en nuestra sociedad de que nuestra situación Política es mala se acentúa gradualmente: ahora expresa ya esa opinión el 56% frente a sólo el 30% hace un año o el 14% hace dos. Es decir, a lo largo del último trienio se ha ido duplicando año a año la proporción de quienes perciben negativamente nuestro panorama político.
En ese contexto, la valoración de los líderes sigue presentando las cotas más bajas nunca registradas. Ninguno alcanza una calificación de aprobado, es decir, una puntuación media de al menos 5 (en una escala de 0 a 10 puntos). El mejor valorado (Felipe González) obtiene una puntuación media de 4,8, una décima más baja que hace tres meses. La misma tónica de una leve baja se registra en los demás líderes, con la excepción de Alfonso Guerra, que experimenta un retroceso de cuatro décimas, quedando en una puntuación media de tan sólo 2,3 puntos.
Es de señalar que entre los propios votantes socialistas la puntuación que obtiene Alfonso Guerra (3,76) se acerca mucho más a la que conceden al propio José María Aznar (3,18) que a la que otorgan a Felipe González (6,67).
Dos de cada tres españoles (64%) cree que el PSOE es el más probable vencedor de la próxima consulta electoral, si bien sólo el 29% (es decir, un porcentaje básicamente idéntico al que manifiesta su intención de votar a los socialistas) afirma que ese es el resultado que más les gustaría que se produjera.
En todo caso, parece existir el claro convencimiento en nuestra sociedad de que el partido quegane las próximas elecciones generales lo hará sin conseguir la mayoría absoluta. En este sentido se expresa el 79% de los entrevistados.
Ese porcentaje ha aumentado de manera espectacular respecto a los meses anteriores a octubre de 1989, cuando se celebraron las anteriores elecciones. Entonces, un 47% de los ciudadanos pensaba que el PSOE no conseguiría la mayoría absoluta, frente a un 43% que pensaba que la revalidaría.
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