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Francia se anticipa al Vaticano y pone a la venta, el lunes, el catecismo universal

El próximo lunes 16 de noviembre saldrá a la venta en Francia el Nuevo Catecismo de la Iglesia católica. Se trata de un volumen de 672 páginas, del que inicialmente se hará una tirada de 150.000 ejemplares -130.000 disponibles desde el primer día y que podrá adquirirse abonando 139 francos (unas 2.950 pesetas). La prioridad dada a la edición francesa se debe, entre otras razones, a que el francés es el idioma empleado para su redacción, elegido por su precisión. "¡No vaya a sucedernos como con el inglés, que un mismo texto hay que reescribirlo en función de si es para fieles australianos, estadounidenses o británicos!", explicó uno de sus redactores.Destinado a sustituir al tridentino de 1566, las novedades que presenta el texto son fruto, sobre todo, de la necesidad de adecuar sus cuatro partes -dogmas, liturgia y sacramentos, moral y plegarias- a los cambios sociales y a ciertos progresos científicos. Así, el evolucionismo o "las numerosas investigaciones científicas que han enriquecido nuestros conocimientos sobre la edad y la dimensión del cosmos" sirven para "admirar aún más la grandeza del Creador", que ha dado "inteligencia y sabiduría a los sabios e investigadores".

Pero esa ciencia puede ser objeto de utilizaciones "gravemente deshonestas", como en el caso de la procreación artificial o en el del control de natalidad, ya que "el Estado no está autorizado a favorecer sistemas de control demográfico contrarios a la moral". Y los únicos sistemas morales son 1a continencia periódica, los métodos de regulación de los nacimientos fundados en la auto-observación y el recurrir a los periodos de infecundidad".

Los cambios sociales son también abordados: "El inmigrado debe respetar con agradecimiento el patrimonio material y espiritual del país que le acoge, obedecer a sus leyes y contribuir a sus gastos".

El catecismo "no es una encíclica", no es un documento del Papa sino de la Iglesia, que el Vaticano no podía editar directamente por evidentes problemas técnicos, y así se ha tenido que recurrir a distintos editores, comentaba ayer Joaquín Navarro Valls, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, para explicar por qué Francia ha boicoteado de hecho la presentación oficial del nuevo catecismo que Juan Pablo II había programado ya detalladamente para la segunda semana de diciembre. Y el programa se mantiene, como si nada hubiera pasado.

En medios vaticanos menos oficiales circula una versión más cruda de los mismos hechos, en la que el término "problemas comerciales" sustituye al de "problemas técnicos" y la realidad viene determinada por unos editores franceses que, habiendo preparado 150.000 copias, logran imponer incluso al Pontífice el calendario que mejor conviene a sus intereses. Así, en lugar de salir a la venta el día de la Inmaculada, el catecismo verá la luz un oscuro lunes de noviembre.

La prisa derivada de frecuentes problemas financieros y los arcaísmos vaticanos, según ha afirmado el propio cardenal Ratzinger, han debido contribuir a este resultado, en el que Dios queda como extraviado en los pasillos del César. Oficialmente, no hay conflicto. "Se pensó en una publicación simultánea de las distintas ediciones, pero la francesa estaba preparada antes, por haberse redactado en francés", dijo el portavoz vaticano.

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