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Reportaje:

Vuelta al planeta misterioso

El 'Mars Observer' es el primer eslabón de un nuevo programa internacional de exploración de Marte

El pasado viernes comenzó una de las raras visitas de la humanidad a otro mundo. La nave espacial americana Mars Observer despegó ese día para iniciar un viaje de 11 meses hasta el planeta rojo, donde explorará desde una órbita cercana la superficie del planeta durante un año marciano (687 días terrestres).

Tanto para la imaginación de los científicos de principios de siglo como para la de los escritores de ficción, Marte refulgía como un faro en el espacio aparentemente vacío. Sus cascos polares, sus estaciones similares a las de la Tierra, su red de canales y la alfombra de vegetación, vistos a través del telescopio, inspiraban visiones de civilizaciones extrañas. Hoy, la imagen ha perdido su toque romántico y se ha impuesto la cruda realidad. Una serie de naves americanas y soviéticas ha revelado una dicotomía: un planeta que es en parte Tierra y en parte Luna y que ahora se. encuentra inmerso en una prolongada era glaciar. Los cambios estacionales aparentes de la vegetación han resultado ser una ilusión óptica, debida probablemente a las arenas movedizas del árido desierto marciano; los canales eran producto de la imaginación humana.Cualquier visitante de Marte necesitaría estar bien preparado para poder hacer frente a su ambiente hostil. Incluso a mediados del verano y cerca del ecuador, la temperatura sobrepasaría rara vez los cero grados. La atmósfera es muy poco densa -un barómetro registraría sólo seis núlibares, 160 veces menos que en la Tierra y se compone principalmente de dióxido de carbono. Aún más, cada año marciano el calor del Sol remueve los gases tenues, provocando tormentas de polvo que pueden sepultar el planeta entero. Marte tiene incluso un agujero de ozono, por lo que su superficie está bañada por radiaciones ultravioletas mortales.

Aunque hay algo de agua, es insuficiente para llenar siquiera uno de los canales imaginarios y menos aún una red de ellos. Ahora se cree que el componente principal de los cascos polares es dióxido de carbono congelado.

Formas simples de vida

Hasta donde alcanza nuestro conocimiento, no existe vida en Marte, aunque algunos científicos creen que algunas formas simples de vida pudieran haber tenido tiempo de evolucionar durante los dos primeros billones de años de la evolución del planeta.Un sistema de cañones casi tan ancho como Estados Unidos aparece, como una cicatriz gigantesca, paralelo al ecuador marciano. Al oeste aparece una cadena de volcanes cubiertos que apoyan la evidencia de que Marte fue en tiempos muy activo geológicamente.

El mayor de estos, el Monte Olimpo, es la montaña más alta de todo el sistema solar.

En algún momento, quizás cuando los volcanes en actividad estaban vomitando gases de invernadero, la atmósfera marciana fue lo suficientemente densa como para retener agua líquida. Hoy todo lo que podemos ver son sistemas complejos de canales que se parecen a los valles de los ríos de nuestro planeta. El Mars Observer lleva siete instrumentos que pueden ayudar a dar algunas respuestas a los misterios de este mundo único. Su misión principal, que comenzará unos cuatro meses después de su llegada, durará un año marciano (687 días terrestres).

Desde una órbita casi polar a unos 390 kilómetros sobre la superficie, las cámaras del satélite fotografiarán todo el planeta.

Exploraciones diarias a baja resolución proporcionarán nuevas ideas sobre el clima global, mientras que imágenes de alta resolución de áreas seleccionadas se utilizarán para estudiar geología y cambios a pequeña escala.

La historia de esta ambiciosa misión se ha visto plagada de problemas y costes superiores a los calculados. El Mars Observer tendría que haber sido lanzado desde el transbordador espacial en agosto de 1990, pero el desastre del Challenger ocasionó un retraso de dos años.

Europa y Rusia han mostrado gran interés por esta última exploración de Marte. La NASA confia que el Mars Observer seguirá siendo operativo en 1995, cuando una nave de construcción rusa llamada Mars94 dejará caer dos penetradores y dos pequeñas estaciones en el planeta. Un sistema repetidor francés a bordo del Mars Observer enviaría a la Tierra los datos.

The Independent.

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