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El 'polo' se derrite

La crisis de FESA-Enfersa afecta a 10.000 familias onubenses

Diez mil duros no dan para mucho. Francisco Vega, de 39 años, cobró el pasado mes de junio 50.000 pesetas de sueldo, con las que apenas pagará la letra del coche (30.000) y el alquiler de su casa (24.000). Para comer ya no le llega y la deuda en el supermercado asciende a 34.000 pesetas. Los 1.200 trabajadores de FESA-Enfersa en Huelva han recibido la misma paga que Paco. La capital onubense, con 140.000 habitantes, es la ciudad de España más afectada por la decisión de suspender pagos de esta empresa de fertilizantes.

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De los 4.500 trabajadores activos que esta sociedad tiene por toda España, 1.200 trabajan en el polo de desarrollo de Huelva (el polo, para los onubenses) al que también pertenecen 700 de los 6.000 trabajadores prejubilados. La agrupación de empresarios de la ciudad (FOE) calcula que la suspensión de pagos puede afectar a 10.000 familias que dependen directa o indirectamente de esta empresa. FESA-Enfersa debe 4.000 millones de pesetas a un centenar de empresas auxiliares o suministradoras de Huelva que hasta ahora dan trabajo a 4.500 personas.El dueño de una céntrica papelería se ha salvado de la quema. Él surtía de material a FESA-Enfersa, "pero hace dos años que no les vendo porque se veía venir esto. En aquel momento ya me costó trabajo cobrar las deudas", explica. Este comerciante se duele de las graves consecuencias que van a sufrir muchas pequeñas y medianas empresas "porque había suministradores dedicados en cuerpo y alma a ellos y los han dejado estrellados". Y añade que "la suspensión oficial acaba de suceder, pero llevaban un año sin pagar".

Menos suerte ha tenido una treintena de camioneros -"con los camiones parados porque no tenemos para gasolina"- que trabajan como empresarios autónomos para Tracenes, una subsidiaria de Ercros, que no les paga desde hace cuatro meses porque, a su vez, ésta no ha cobrado de FESA-Enfersa.

Ni los trabajadores ni los empresarios de la ciudad se explican cómo han llegado a esta situación. "Si no parábamos de producir", dicen los primeros. "Se trata de un producto estratégico en la economía de cualquier país", señalan los segundos.

Todos coinciden en reclamar responsabilidades al Gobierno "por no haber vigilado el quehacer de KIO [principal accionista de Ercros a través de Torras y responsable de su gestión] en España". Un miembro del comité de empresa de FESA-Enfersa acusa al anterior hombre de confianza de KIO en España de su actual situación: "Javier de la Rosa nos ha llevado a la ruina", señala.

"Nos preocupa el futuro"

"La preocupación de toda Huelva es el futuro de la empresa", señala Rafael Ávila, secretario general de la Federación Onubense de Empresarios (FOE), quien añade que la provincia también achaca la desaceleración de la economía". Esto se junta con "las sombras que han aparecido sobre los tres sectores básicos de Huelva [pesca, minería e industria química] a medio largo plazo que, al final, generan incertidumbre". El representante de la FOE señala que el problema de Ercros es doble porque, además de FESA-Enfersa, "tiene más inversiones en Huelva y la falta de confianza de los bancos sobre Ercros puede extenderse a Rio Tinto Minera, Ertisa o Erquimia [filiales de Ercros]".

Juan José Vázquez, obrero de FESA-Enfersa que empezó a ganarse la vidacon 12 años, entiende que la dirección de Ercros "tendría que tener más dignidad con los trabajadores, que siempre hemos trabajado machaconamente y corrido peligros". Melchor Sánchez, de 41 años, delegado sindical que sufrió un accidente hace años cuando un chorro de ácido mató a un compañero y quemó a él y otros dos trabajadores más, explica que "todos las plantas se han deteriorado. El trabajo cada día es más peligroso porque las instalaciones sólo se parchean".

El oficial de primera eléctrico de FESA-Enfersa, Manuel Menudo, tiene amigos carniceros y fruteros en el mercado de su barrio (Los Rosales) que le comentan que ya han bajado las ventas. También lo ha notado Isidro Sacristán, dueño del bar Huelva-Jabugo, cuyas ventas se han reducido un 40% en relación al año anterior. "Hay mucha gente paseando, comiendo pipas como los monos, pero nadie entra en ningún sitio a tomar algo", se queja. El dependiente de una tienda de prendas deportivas señala que "el comercio de Huelva depende del polo". Su tienda está vendiendo un 20% menos.

Fosfórico Español es la única de las tres fábricas de FESA-Enfersa en Huelva que aún está funcionando, aunque cuenta con suministros para un puñado de días. En sus oficinas todo el mundo suda. El aire acondicionado no está conectado porque el motor se ha estropeado "y no se puede arreglar porque no hay dinero para pagarlo", explica un sindicalista. EL PAÍS quiso visitar las instalaciones industriales por dentro pero el director de la fábrica, Francisco Doblas, no concedió la autorización.

"Si FESA-Enfersa cierra, provocará un efecto dominó en otras muchas empresas. No queremos pensar ni como hipótesis que puede cerrar", señala el secretario general de la patronal. Un sindicalista con más de 15 años de antigüedad en la fabricante de fertilizantes explica que la posible quiebra "es lo último que podíamos pensar porque es una industria básica".

Ni siquiera los ecologistas se alegran de la situación de la empresa, a pesar de haberla denunciado por la vía de lo penal responsabilizándola de la muerte de medio millón de peces en 1986 y 50.000 en 1989 por verter ácido sulfúrico al mar y de acusarla de provocar en la provincia de Huelva síntomas de lluvia ácida.

"Estamos por la defensa digna de los puestos de trabajo, pero no a cualquier precio; queremos que haya una industria limpia pero no nos interesa que se vaya a Marruecos porque tenemos una visión global de la ecología", señala Juan Romero, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Huelva. Romero, además, reprocha a los directivos del grupo Ercros "la forma tan hortera que han tenido de largarse".

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