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Dinamarca paraliza la unión europea al rechazar el Tratado de Maastricht

El sueño de una Europa unida recibió anoche un duro revés procedente de uno de los 12 socios, Dinamarca, donde por un escaso margen de 44.000 votos la mayoría de ciudadanos dijo no en el referéndum que debía ratificar el Tratado de Maastricht sobre la unión europea. En contra de las últimas previsiones, los partidarios del no consiguieron el 50,7% de los votos, mientras que los defensores del sí se quedaron en el 49,3%. La clase política danesa no salía de su asombro tras el castigo encajado.

Pocas horas antes de la apertura de los colegios electorales, un sondeo presagiaba la victoria del sí por una diferencia de seis puntos sobre el no. La elevada participación en la urnas, rozando el 83%, no sirvió para corroborar los pronósticos, que en ningún momento previeron un triunfo de los opositores al tratado.El resultado ha resultado especialmente sorprendente porque las fuerzas políticas que defendían el -conservadores, liberales, socialdemócratas y radicales- constituyen más del 80% del Parlamento danés. Junto a ellos, el movimiento sindical había dado su apoyo durante la campaña en favor de la unión europea. Por el contrario, sólo los socialistas, ecologistas y la extrema derecha apostaron abiertamente por el no.

El primer ministro, el conservador Poul Schlueter, negó que fuera a presentar su dimisión o convocar nuevas elecciones, pero el ministro de Asuntos Exteriores, Uffe Ellemann-Jensen, del Partido Liberal, reconoció que la clase política danesa "ha desestimado los deseos del pueblo" y apuntó hacia una "crisis'5 parlamentaria ante las diferencias entre lo deseado por los partidos y lo escogerlo, por los votantes. "Son momentos difíciles", dijo, "y habrá que esperar a ver lo que piensan nuestros socios en Europa".

El rechazo del pueblo danés invalida el Tratado de Maastricht y obliga a los otros 11 países de la Comunidad Europea (CE) a partir de cero. Quedan ahora en manos de Dinamarca para cualquier iniciativa futura de relanzar la unión europea. Las primeras reacciones de funcionarios de la CE apuntan a que incluso para una aplicación del tratado a 11, igual que sucede con la exclusión del Reino Unido de la Carta Social, "hace falta un acuerdo a l2". Aunque desde un punto de vista formal el referéndum carece de valor jurídico, políticamente es impensable que, tras la decisión del Gobierno de someter a consulta el tratado, el Ejecutivo y el Parlamento de Dinamarca decidan actuar en contra de la opinión mayoritaria del pueblo. Tras el referéndum de ayer, Maastricht es como si no hubiera existido y la construcción europea tendrá que replantearse. Página 3

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