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Irak acepta destruir sus fábricas de misiles Scud

Irak se plegó ayer a las exigencias de¡ Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y aceptó destruir sus equipos de fabricación de misiles Scud, entregar la relación completa de sus proyectos armamentísticos y negociar la destrucción de una central nuclear, para evitar cualquier acción militar de castigo por parte de Estados Unidos y el Reino Unido. Irak comunicó sus intenciones en una carta entregada a la ONU a través de su embajador ante ese organismo.

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Los compromisos de Bagdad

Las autoridades de Bagdad se habían negado reiteradamente hasta ahora a cumplir las resoluciones impuestas por el Consejo de Seguridad al término de la guerra del Golfo, con la creciente irritación de Washington y el resto de los miembros del alto organismo.Hace dos semanas el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, fue llamado a consultas por el Consejo de Seguridad, donde se le advirtió que debía cumplir las resoluciones "inmediatamente" si no quería que su país sufriera "serias consecuencias".

La aceptación iraquí le fue entregada por el embajador ante Naciones Unidas, Abdul Amir Al-Anbari, al sueco Rolf Ekeus, jefe de la comisión especial de Naciones Unidas que supervisa la destrucción de los sistemas de armas de destrucción masiva de Sadam Husein.

Ekeus explicó ayer que la ONU se mostraba "satisfecha" de que Irak aceptara demoler esas instalaciones y confesó haber recibido "nuevas e importantes informaciones" sobre la capacidad armamentística de Irak.

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Aviones de combate

Las informaciones serán verificadas por los técnicos internacionales a partir de mañana domingo. En la carta entregada a Ekeus, Irak se compromete a revelar totalmente sus programas de armas. La postura de Bagdad, calificada por la ONU como "un cambio de política", coincide con una escalada de amenazas de Washington.

El jueves, Bush ordenó el envío de aviones de combate a Alemania para reforzar el despliegue naval norteamericano en el golfo Pérsico. Ese mismo día el Pentágono entregó a Bush un plan detallado de las posibles acciones militares que se podrían llevar a cabo en Irak si Husein seguía empeñado en no cumplir lo pactado.

Ayer mismo, Colin Powell, jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, declaró que sus fuerzas estaban preparadas para lanzar un ataque a Irak en el momento en que el presidente diera la orden. "Si son requeridas, nuestras Fuerzas Armadas están preparadas para desarrollar el papel que se les asigne", dijo Powell, la pieza clave, junto al general Norman Schwarzkopf, de las operaciones Escudo y Tormenta del Desierto.

Powell, que hizo estas manifestaciones ante la comisión de servicios armados del Senado, se negó a explicar con detalle sus planes en el caso de que Bush optase por lanzar un nuevo ataque a Irak. Curiosamente, también ayer, el diario The Washington Post publicaba una información citando fuentes no especificadas en las que Powell se mostraba contrario a desatar un nuevo ataque contra Irak.

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