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Lehder dice que EE UU le ofreció 'legalizar' su cocaína

Carlos Lehder, el único cabecilla del cartel de Medellín enjuiciado en Estados Unidos, afirma que funcionarios norteamericanos le ofrecieron en 1982 dar luz verde a su contrabando de cocaína si les prestaba su isla en las Bahamas como base para transportar armas a la contra nicaragüense.El narcotraficante colombiano, condenado en 1988 a cadena perpetua, admitió el jueves haber recibido tal propuesta del vicecónsul norteamericano en Cali (Colombia) y otros funcionarios a los que no identificó al testificar en el juicio de Miami contra el ex hombre fuerte de Panamá, Manuel Antonio Noriega.

Sin embargo, Lehder, en respuestas a las preguntas del abogado de Noriega, Frank Rubino, aclaró que rechazó el ofrecimiento porque le pareció "sospechoso" y temía que fuera una trampa.

El tema salió a relucir al enfrentarle Rubino con una entrevista que concedió en marzo de 1990, en la prisión de máxima seguridad de Illinois en la que se encontraba, a la revista Playboy, entrevista en la que reveló la supuesta oferta y afirmó que Estados Unidos quería usar su isla en Norman Cay, en la Bahamas, para montar una "gigantesca operación" y abastecer de armas a la contra.

Lehder admitió a regañadientes que hizo esas declaraciones, pero no ofreció ninguna información adicional para sustentar la tesis de la defensa de que EE UU hizo tratos de armas por drogas con los narcos para ayudar a la contra.

Rubino comenzó a interrogarlo el jueves, después de dos días de testimonio durante los que Lehder acusó al antiguo hombre fuerte de Panamá, a Fidel y a Raúl Casstro y a otros gobernantes de Nicaragua de haber cooperado con el cartel de Medellín para inundar EE UU de cocaína a cambio de sobornos.

Rubino y Lehder se embarcaron desde el primer día en un duelo verbal y no llegaron a tratar sobre las delicadas acusaciones que hizo éste al testificar, a preguntas de los fiscales, sobre la participación de Panamá, Nicaragua y Cuba en el narcotráfico. El abogado le echó en cara el arreglo que hizo con la Administración de Washington para testificar contra Noriega a cambio de una reducción de su condena, después de haber sostenido durante años su inocencia y haber llegado incluso a demandar por 92 millones de dólares al procurador general norteamericano Edwin Meese, acusándole de ordenar su "secuestro" en Colombia. Lehder rechazó el uso de la palabra chantaje, utilizada por Rubino, aunque reconoció que la demanda era "un incentivo" para obligar al Gobierno norteamericano a "negociar un trato".

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