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La mayoría de los Doce acepta la codecisión del Parlamento Europeo en algunas leyes

El futuro poder de codecisión legislativa del Parlamento Europeo fue aceptado ayer en Bruselas por la mayoría de los Doce, con la sola oposición expresa del Reino Unido y de Portugal. La legitimidad democrática de la Eurocámara dentro del tratado de la unión política quedará reducida a algunas áreas legislativas en las que la CE toma decisiones por mayoría. El Parlamento tendrá el voto de investidura de la Comisión Europea, pero no el poder de veto de directivas comunitarias y reglamentos.

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El eje París-Berlín-Madrid

La reunión de los representantes personales de la conferencia intergubernamental sobre unión política, que continuará hoy, se centró ayer en las soluciones al déficit democrático de una Comunidad que asumirá mayores competencias gracias a las reformas de la unión política y monetaria. El consenso se orienta hacia una fórmula mucho más moderada que la planteada inicialmente por Holanda.La propuesta de la presidencia holandesa de conceder al Parlamento Europeo el poder de veto de las leyes comunitarias sometidas a codecisión se ha caído del proyecto, en lo que supone un nuevo contratiempo para las ambiciones europeístas de La Haya. En su lugar se prevé un sistema sin ese factor de rechazo, consistente en la retirada o no aprobación por las Doce de la directiva en cuestión si, en caso de discrepancia, el procedimiento de concertación con los eurodiputados no da resultado.

La futura política exterior y de seguridad común y todos los temas de unanimidad serán coto vedado para el Parlamento Europeo, y éste tampoco podrá controlar las decisiones de los Doce en lo que se refiere a los fondos estructurales, la dotación de los programas específicos de investigación o todas las materias de importancia económica y financiera. El papel parlamentario en estos campos quedará reducido a la mera consulta.

El Reino Unido y Portugal siguen opuestos a ceder la más mínima soberanía legislativa al Parlamento de la Comunidad, pero Dinamarca anunció que está dispuesta a asumir este aspecto clave si se acepta que la política medioambiental sea un tema de decisión por mayoría cualificada. El nuevo texto no recoge la palabra codecisión y se refiere únicamente al procedimiento equivalente del artículo 189 del tratado, en un intento de abrir una vía de cesión a los británicos.

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El ámbito en el que el Consejo de Ministros de la CE compartirá su actual monopolio legislativo con el Parlamento, reducido actualmente al papel de una Cámara meramente consultiva, es aún el gran caballo de batalla entre los Doce. España se opone a que las grandes redes de infraestructuras, la cohesión económica y social, los programas marco de investigación y los planes multianuales de protección del medio ambiente o de cooperación al desarrollo sean ternas de mayoría. Exige la unanimidad para defender mejor sus intereses.

Se abre camino, a cambio, la posibilidad de dar al Parlamento Europeo un control sobre las nuevas políticas a incluir en el tratado: energía e industria, cultura, protección de los consumidores, educación y sanidad, aunque la Comunidad sólo actuará en aquellos aspectos generales en los que los Doce estén de acuerdo en que una acción común es más eficaz que la de un Estado por sí solo. También parece perfilarse un acuerdo para dar más poder al Parlamento, a través de la codecisión o de la actual cooperación reforzada, en todos los temas sociales y de mercado interior en los que el Acta única prevé ahora sólo decisiones por mayoría.

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