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Entrevista:LA NUEVA U.R.S.S.

"Hay que frenar a Rusia"

Soledad Gallego-Díaz

Yegor YákovIev, que tuvo más de un agarrón con Mijaíl Gorbachov cuando fue director de Novedades de Moscú hasta antes del fallido golpe de Estado, es duro y directo en sus análisis.

Pregunta. El economista Grigori Yavlinski ha entregado ya a los presidentes de las repúblicas el borrador de acuerdo económico que empezará a discutirse el próximo lunes en el Consejo de Estado de la URSS. ¿Ve posible que se llegue un pacto?

Respuesta. El sentido común hace que tenga esperanzas. El acuerdo económico es tan necesario para todos que confío en que se logre. Sobre él se podría construir la pirámide política Creo que las repúblicas comienzan a comprender que en solitario se enfrentarán con problemas todavía mayores. Si hay económico, es posible la esperanza. Si no, todo irá muy mal.

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P. ¿Qué papel puede desempeñar Mijaíl Gorbachov?.

R. La posibilidad de firmar en el futuro un nuevo tratado de la Unión permitiría, a Gorbachov recuperar su figura. Si ahora es una especie de reina de Inglaterra, con un tratado podría tener funciones más concretas. La Unión necesitaría alguien que la representara a nivel internacional, y nadie mejor que Gorbachov.

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P. ¿Sería también función suya mediar entre las repúblicas?

R. Diría más bien actuar como coordinador. He mantenido recientemente una conversación con Borís Yeltsin y se mostró muy duro sobre esto: únicamente coordinador. El presidente de Rusia acababa de mantener precisamente una reunión de cuatro horas con Gorbachov.

Sutil enfrentamiento

P. ¿Cuál es ahora la relación entre Rusia y las otras repúblicas?

R. Existe un enfrentamiento, aunque todo es muy sutil. La declaración de Yeltsin sobre la posibilidad de cambiar las fronteras interiores ha provocado un claro enfrentamiento con las otras repúblicas. Creo que cosas así hacen que muchos se reagrupen en torno a Gorbachov. La postura que está adoptando Rusia hace comprender que se necesita un centro. El fallido golpe de Estado aparece como una victoria de Rusia, y eso crea desarmonía en el conjunto. Me temo que ya se nota el proceso de tensión

P. ¿Se nota esa tensión dentro del Consejo de Estado, el único órgano unitario que existe?

R. Las reuniones del Consejo son muy interesantes. Los presidentes de las repúblicas se llaman entre sí "señor" y no "camarada", y discuten abiertamente sobre temas de soberanía o dignidad nacional. Eso es algo completamente nuevo en este país.

P. Da la impresión de que Gorbachov y Yeltsin quieren de mostrar que actúan coordinadamente y que ha desaparecido su antiguo enfrentamiento.

R. El enfrentamiento continúa, aunque es dificil meterse en el alma de una persona y menos de un político. Supongo que quieren dar esa imagen porque es más importante establecer las reglas de la Unión que dar marcha libre a los sentimientos personales. Pero, si las reglas no existen o cambian, los sentimientos se liberarán. Gorbachov está en una situación muy difícil. Yo tuve diferencias con él, pero ahora me da lástima. No se decide nada sin consultar con Yeltsin. Mi propio nombramiento al frente de la televisión, por ejemplo, no se debe a mis cualidades personales, sino al hecho de que podían ponerse de acuerdo. De hecho, cuando Gorbachov me lo ofreció, le dije que lo pensaría, y sólo acepté cuando supe que Yeltsin estaba de acuerdo.

P. Yeltsin tomó una serie de medidas que no están previstas en la Constitución en los primeros días después del golpe. ¿Qué va a suceder con esos decretos?

R. Bueno, fueron medidas inconstitucionales en un momento no constitucional. Ahora que se abre un período constitucional habría que revisarlo. Pero no parece fácil. Ayer mismo [por el miércoles] se presentó en el Consejo de Estado una lista de decretos que deberían ser derogados, la mayoría atribuyendo nuevas competencias y organismos al Gobierno ruso. Uno de ellos, por ejemplo, entregó esta televisión a Yeltsin. Iván Silayev [primer ministro de la URSS] se opuso a la propuesta y dijo que no había motivo para replantear ese tema. Se comportó como un primer ministro exclusivamente de Rusia. Todo ha quedado aplazado. Creo que Yeltsin actúa bajo una enorme presión de los sectores nacionalistas rusos.

P. ¿Qué opina de este proceso?

R. Hay que poner un mecanismo de freno. Yo ahora me dirijo frecuentemente a Gorbachov preguntándole qué hacer con diferentes materiales, como las intervenciones de Yeltsin. Mi criterio al frente de la televisión es poner freno a la euforia de victoria de Rusia y apoyar la propuesta de acuerdo económico.

P. ¿Cree usted posible enfrentamientos bélicos u otro golpe?

R. Por el momento no veo la posibilidad de conflictos armados, pero no excluyo la posibilidad de un nuevo intento golpista. Las fuerzas que apoyaron el golpe del 19-A están volviendo en sí, y se dan cuenta de que lo realizaron de una forma ridícula. Pero, por otra parte, veo que se pueden juntar fuerzas de las repúblicas y del centro. La gente que no quiere que se desintegre la Unión está también actuando.

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