Marco Ferreri y Madonna trajeron a La Croisette sus camas y el público se durmió

Jornada de sexo y de cama. Ayer por la tarde, el italiano de Italia Marco Ferreri presentó su película La carne. No hace falta añadir, pero lo añadimos, que se trata de carne de mujer. Por la noche, en una sesión celestial de gran lujo, la italiana de América Madonna presentó su En la cama con Madonna, lo que el personal festivalero aprovechó para dormir a pierna suelta. Completó el día el filme Fuera de la vida, un documento-ficción sobre el secuestro en Beirut por un comando terrorista de un fotógrafo francés. El título de la película es una inmejorable descripción de su contenido.

, ENVIADO ESPECIALMadonna, que en italiano significa virgen, parece ser que ha querido comunicar al mundo que no lo es, cosa que se rumoreaba, y para ello ha urdido un formidable negocio de autopromoción, al que ha querido dar motivaciones casi heroicas. Dice la experta negociante: "Me dijeron que estaba loca al dejarles filmar todo, que iba a destruir mi propio mito. Hay una regla tácita según la cual una estrella debe siempre guardar una parte de su misterio. ¡Memeces! Las reglas se hacen para romperlas".La cantante convocó ayer en Cannes a una enorme masa de mirones y de informadores. Aterrizó hace tres días en Niza, se marchó sigilosamente a Antibes sin su peluquín rubio y con coleta de colegiala, se encerró en un lujoso palacete, y desde entonces, no ha vuelto a aparecerse. Cannes se ha convertido en una sucursal un poco blasfema de Lourdes: Todos esperan aquí el milagro de ver a una Madonna ejercitando el sexo. La productora de En la cama con Madonna se llama Propaganda Flims, nomenclatura nada original pues ya se le ocurrió a un ministro de Hitler: Joseph Goebbels. Su director es Alek Kashishian, de 26 años, quien asegura que "Madonna ha aceptado rodar este filme porque no le teme a la verdad". Y la verdad a la que no teme Madonna consiste en haber invertido unos cientos de miles de dólares en un negocio que los madonnólogos calculan que le producirá, sólo en derechos de antena, varias decenas de millones.

Hígados

Por su parte, el italiano de Italia Marco Ferreri presentó La carne, una película que cuenta el original idilio de un músico con virilidad normal tirando a escasa, al que una antimadonna, la guapísima Francesca Dellera -heredera de las grandes curvas de Claudia Cardinale y Gina Lollobrigida- cuya carne despierta con tanta voracidad el apetito sexual del artista que, asi como suena y sin metáfora alguna, se la come cruda. El filme termina cuando el músico la emprende con el primer filete del hígado de la dama. El buen gusto y el comedimiento del cineasta -que sigue sin saber escribir sus películas- nos ahorra el resto del banquete.

La idea podría haber tenido gracia con un desarrollo riguroso. Pero por el contrario, a partir de la mitad de la película, a Ferreri se le ve venir y todo lo que queda del metraje se adivina, sin que veamos en la pantalla ninguna graduación del escabroso suceso. Y éste se queda en nada más que una ocurrencia mal organizada.