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Intento de controlar la venta de armas en EE UU

La fecha puede ser histórica, aunque los partidarios del control de armas de fuego, que causan 30.000 muertes al año en EEUU, no pueden cantar victoria todavía. La Cámara de Representantes norteamericana ha aprobado, por 239 votos a favor y 186 en contra, un proyecto de ley por el que se establece un periodo de siete días de espera para la compra de armas cortas con el fin de que la policía pueda averiguar si el comprador tiene antecedentes penales.

El proyecto de ley, conocido como ley Brady en honor de s principal artífice, James Brady el secretario de prensa de Ronald Reagan que resultó herido en el atentado sufrido por el entonces presidente en 1981, a consecuencia del cual está paralizado en una silla de ruedas, tiene que ser discutido todavía en el Senado, donde todos predicen una votación mucho más apretada que en la Cámara baja, y se enfrenta a una amenaza de veto de la Casa Blanca.El presidente estadounidense, George Bush, ha manifestado que se negará a firmar cuaquier proyecto de ley sobre control de armas que no forme parte de un amplio paquete legislativo para combatir el crimen, enviado hace un año por la Casa Blanca al Congreso.

Sin embargo, a pesar de esas dificultades, la aprobación del proyecto de ley Brady por la Cámara de Representantes marca un hito en la actitud d los legisladores norteamericanos, que hasta ahora no se habían atrevido, por miedo a la represalias del poderoso lobby de la National Rifle Association (NRA), a adoptar ninguna medida destinada a dificultar la compra de armas cortas.

El debate en torno al tema del control de armas en Estados Unidos, incomprensible para la mentalidad europea constituye en este país un tema político y constitucional de primera magnitud.

60 millones de armas

Para comprenderlo, hay que tener en cuenta dos factores: la ola de criminalidad que azota las ciudades norteamericanas como consecuencia principalmente del tráfico de droga, que impulsa a muchos ciudadanos a armarse para defenderse, y el hecho de que la segunda enmienda de la Constitución norteamericana garantiza "el derecho del pueblo a tener y portar armas".

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Al amparo de ese derecho se calcula que unos 60 millones de pistolas y revólveres están en poder de los norteamericanos.

Tomando como pretexto la Constitución, la National Rifle Association, que cuenta con más de 2,5 millones de socios, moviliza todos los años sus peones en el Congreso de Washington y en las cámaras legislativas estatales para abortar cualquier intento de poner cortapisas a la libre adquisición de armas.

Tal es el poder de la NRA que varios congresistas que se han mostrado favorables en el pasado a votar a favor de una legislación restrictiva de la venta de armas no han resultado elegidos en la siguiente elección.

La aprobación de la ley Brady por la Cámara de Representantes ha supuesto la primera derrota de importancia sufrida por la NRA a lo largo de su historia. Antes de poner a votación el proyecto de ley la Cámara baja tumbó, por 234 votos en contra y 193 a favor, una medida legislativa, defendida por la NRA, que proponía una comprobación inmediata por computador de la identidad del comprador de arma corta, en lugar del periodo de espera de siete días propuesto en la ley Brady.

Los diputados contrarios a esta propuesta convencieron a la Cámara de que la legislación alternativa defendida por la NRA era impracticable, ya que la mayoría de las policías locales y las oficinas de los sheriffs de condado no cuentan con los equipos electrónicos necesarios para llevar a cabo una comprobación inmediata de la identidad del comprador.

Apoyo de Reagan

El proyecto de ley aprobado por la Cámara ha contado con el apoyo mayoritario de las federaciones de policía del país; de asociaciones profesionales influyentes, como el colegio de abogados, y de los ex presidentes Richard Nixon, Gerald Ford, Jimmy Carter y Ronald Reagan. El inesperado apoyo de Reagan, socio activo de la National Rifle Association, constituyó una sorpresa mayúscula para la opinión pública y, en opinión de los defensores del control de armas, ha sido determinante en la aprobación de la ley Brady.

Significativamente, los miembros de la Cámara de Representantes han votado de acuerdo con los sentimientos de sus electores. La mayoría de los diputados que representan distritos rurales se ha opuesto a la medida, mientras que los legisladores cuyos escaños corresponden a las grandes concentraciones urbanas han votado a favor.

En la actualidad, 21 de los 50 Estados de la Unión, entre ellos Nueva York y Nueva Jersey, tienen en vigor medidas similares a la aprobada ayer por la Cámara de Representantes.

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